Para Javier el Chipirón
De un par de ojos pueden venir cataclismos o poemas, amores indecibles y evocaciones de todo tipo. Sobre todo los ojos nuevos, desconocidos. Verse reflejado en un otro hallado por casualidad en un espacio limitado provoca toda clase de referencias, fantasías y sueños, la mayoría inexistentes.
Mirarme en los extraños siempre me dio miedo. Si con los años he aprendido a sonreír, a platicar o acercarme, es todo el aprendizaje de una técnica. Porque sigo temblando ante el choque con otro universo. Y cuando tiemblo no sé si es de respeto por los mundos ajenos o de miedo por encontrar el vacío.
Una cosa, secreto a voces, encantadora serpiente: verte en este momento de mi vida no me ha asustado ni un instante. Tienes demasiada luz entre los labios y un largo camino en la mirada. Se va aligerando esta ciudad terrible con tu risa, el desenfado se contagia, la vida va y viene en los ejes viales y los bares que para siempre han quedado llenos de ti.
Eres un buen amigo, eres un buen hombre. De tu simpatía me quedará esta postal llena de emociones, en la parte más luminosa de mi vida.
Feliz cumpleaños.