jueves, diciembre 31, 2009

Final

Iniciar un año es tan falso como decir adiós a algo.
Comprar un nuevo calendario, abrazar a los otros,
escribir mensajes y esconder regalos en cajas de colores.

Sin embargo, lo hacemos.
Cambiamos el año y celebramos
comemos y bebemos, deseamos fervientemente.
Desear tan sólo cuesta el empeñar lo que creemos
en el terreno de lo que podemos.

***

Mi deseo para ustedes es la invención de nuevos nombres y paisajes en todas sus historias.

jueves, diciembre 03, 2009

Desaparición del nombre



Foto: De la serie "Cine Ópera", por Olivia Vivanco.



¿Cuántas veces, de pie, en medio del foro, gritaste al vacío reclamando una existencia? Nadie te escuchó en la oscuridad. El espectáculo había terminado y sólo quedaba el fino polvo de la ausencia cayendo sobre las butacas, reventando de tedio y abandono.

En el ocaso de la vida el nombre pierde su sentido. Eres ahora un cúmulo de historias en desuso, una colección de miradas y lugares desaparecidos ya. La luz es otra, el aire corre con la velocidad de lo incomprensible. Ya no eres, no, y vociferas a ver si logras recordar de nuevo esa palabra que te señalaba, con la cual te reconocías en donde no había espejos.

Llorar no sirve en el imperio del polvo. El agua corrompe la soledad de lo viejo. Sólo tu voz desgarrada tiene lugar, asustando a las ratas que se alimentan de las alfombras, que se guarecen bajo los escombros del techo que una vez brilló.

E mejor sentarse a esperar que el polvo te cubra a ti también, que lo que queda de tu cuerpo se integre a los lujosos desperdicios, que el eco de la vida cotidiana de un futuro que ya no es tu presente carcoma con su vibración los restos testarudos de tu corazón.

Ya no te niegues a morir.

lunes, noviembre 30, 2009

Calzada de Tlalpan - 1

Cuando era niña, pensaba que lo mejor que podría sucederme sería vivir en Calzada de Tlalpan. Pasábamos, en el auto familiar, dejando atrás los comercios alegres, la gente saliendo y entrando de lugares y el sol, que calentaba aquella avenida ancha como un río. El metro pasaba encima como un barco larguísimo y alado en el que creía yo se escondían todos los misterios de la humanidad. Veía casas enormes con ventanas de vitrales, palmeras inusitadas y edificios enormes.

No sabía lo que era un hotel de paso, una puta o un ladrón. Simplemente aquella línea de asfalto era tan larga que abarcaba desde el hervidero de gente que compraba cosas en el centro, hasta las junglas pueblerinas del sur. Y vivir ahí, soñaba, me convertiría en una sabia dominadora de todos aquellos secretos.

Estaba tan lejos de mi casa. Era otro mundo, uno bullicioso y lleno de colores, no como la pequeña privada en Cuemanco en la que solía jugar con mis vecinitos, y la ventana con vista al jardín minúsculo en la que el silencio me envolvía antes de dormir.

Allá, así de lejos, llegaría yo alguna vez.

jueves, noviembre 05, 2009

El arte de aparecer a tiempo

La tarde nublada se congela en un instante largo.
Sin sombra no hay movimiento, sólo un continuo temblar
en las ráfagas grises del otoño.

Te recuerdo al final de una idea precisa
que aparece al borde de la hoja.
Las palabras de un hombre brillante y muerto me regresan
a ese tú que refugia su vida
en la belleza del bálsamo
que dan los pensadores a los desesperados.

No cabe la cuenta de los años,
el tuyo fue un tiempo
que tan sólo
fue hace tiempo.

Por la noche, en mi montaña
reconozco tu mirada altanera, lastimada,
hastiada de ver a los otros, como bestias torvas,
golpearse hasta morir en la tristeza de no habitar el mundo.

Pasan, como han pasado, los días innumerados,
las aventuras que vivimos
(y nunca nos contaremos),
el silencio con puntos suspensivos
que se prolonga indefinidamente.

Nos conocimos en un tiempo de nadie
-que ni siquiera fue nuestro-
separados por una vida entera desde el primer momento.
Y los amores desiguales
sólo pueden vivirse en la sorpresa.

Y así apareces, sin quererlo nadie,
en el campo de mis descubrimientos.
Cobra sentido un recuerdo
y tengo que encontrarte para contártelo
como si al leerlo, hubiera sido creado.


***


Te llamo, contestas.
Todo sigue como siempre:
dos extraños que se entienden
porque aprendieron a hablar la lengua de lo inmortal.

Una vez más, apareces a tiempo.

jueves, octubre 22, 2009

Qué pasa cuando tu mente es una jaula de pájaros enloquecidos.

Había tardes de cristal
que se quebraban con el leve soplo
de las evocaciones coloridas del pasado.

Venía un recuerdo vertiginoso,
quizás de color amarillo, aroma intenso
formas redondeadas,
y chocaba contra la fragilidad del instante
se apoderaba de todo,
caía en leves gotas el minuto
convertido en absoluto flotante
una unidad que absorbía todo
borraba el peso de los grados centígrados
hacía transparentes los colores del mundo
y sólo le permitían evocar.

viernes, septiembre 25, 2009

Gota

Dijiste:
"es una posibilidad que se agota",
y lloraste dulcemente
un agua derramada de antemano
por tus brazos, tus muslos exhaustos,
quebrada imperceptiblemente
en una grieta diminuta
por la que se escapaban pedacitos de sueño.

Luego, con la calma de ser
una recipiente medio vacío,
te quedaste callada como las plantas,
aprendiste a cantar como las hojas cuando crecen
y poco a poco germinaste la sonrisa
de los días nublados,
los encuentros inesperados,
las sorpresas que de tanto desearse
suceden.

Ya no pensabas entonces
en una posibilidad que se agota
habías pasado siglos sobre el mundo
enraizando en la misma tierra
y ahora te ibas llenando
el cántaro roto de los ojos.

Y dijiste, girando sobre las nubes
"Ahora quiero
una posibilidad que sea gota".


S, gracias por la frase.

jueves, septiembre 10, 2009

Amor verdadero

No bastaron todas las palabras
de su lengua y las del extranjero,
con su presunta arbitrariedad
llena de evocaciones, significados
y deliciosos equívocos.

Esas hermosas palabras,
con largas estelas de recuerdos,
colores y sabores siguiendo sus nombres,
imperceptiblemente cayendo en los oídos,
arrancando sonrisas o muecas,
elevando o desterrando ilusiones.

Hizo falta hablar, escribir pero sobre todo
y después de cierto punto, callar.

Observar a su lado, abandonar lo sublime
y convertirse otra vez en sólo una persona,
para poder verla con claridad:
toda piel, sonidos y olores,
desnuda completamente de semántica,
lista para ser creada otra vez.

jueves, agosto 27, 2009

Dilución

Mordía el pan con la punta de los dientes
como si escarbara dentro de la roca
indestructibe de la ansiedad.

Entonces las lágrimas desamparadas
corrrían imaginariamente
(había abandonado la costumbre del llanto
cuando supo que era inútil)
y los muertos que para él estaban vivos
la golpeaban señalando su ausencia
haciéndola recordar las risas,
las voces, la piel tibia
que ya no existía más.

Pero como todo, pasaba
tarde o temprano, se diluía
y el mundo volvía a tener luces
los muertos se acomodaban en la ignorancia
y volvía a sonreír,
agradeciendo secretamente que su especie
tuviera el don de la volubilidad.

lunes, agosto 24, 2009

Vigilante

¿Quién va a cuidar del tiempo ahora?
Los minutos se han desordenado y esos,
los años que marcamos para crecer,
perdieron la esquinita de color
que usábamos para distinguirlos.

Ahora que ando con un nombre
que es el mío,
me doy cuenta de que nada es definitivo
como creímos en los días tiernos,
pero el silencio duele quirúrgicamente,
con la precisión de los desconocidos
que nos clavan la mirada y desaparecen
dejando un trozo de espejo
fijo entre nuestros ojos.

viernes, agosto 07, 2009

Lluvia



Camina sobre el pavimento.
Aunque sea el año más seco, llueve
y te mojas alegremente,
caminas adusto con tu paraguas
o corres a guarecerte
en la primer marquesina que encuentras:

Las gotas de lluvia caen sobre la ropa,
se deslizan por la piel, empapan el calzado.

Rehacen ríos entubados,
forman arroyos imprevistos,
reblandecen estructuras,
roban visibilidad,
provocan colisiones de metal
y olas que atacan peatones indefensos.

Nutren tallos y hojas,
divierten a los niños pequeños
humedecen el alma de los poetas
y de los enamorados sin remedio.

Confirman las peores suposiciones
de las almas pesimistas
y caen en el drenaje,
mezclándose con las aguas negras.

Se fugan en grietas secretas,
perdidas fuera de la tubería de otro siglo,
herrumbrada y temerosa
clavada en la oscura tierra,
junto al agua de manantial
que alguien decidió esconder,
cubriéndola de asfalto para siempre.

lunes, agosto 03, 2009

Recuerdos


Ex-convento de Actopan, Hidalgo.


Ahí, a la mitad de tandos muros y ventanas inexplicados; oliendo el polvo y el agua secos del pasado, se dio cuenta de que el único habitante de sus recuerdos era él mismo... Y sintió la imperiosa necesidad de compartirlos.

Pero no era posible.

miércoles, julio 29, 2009

Pereza

A veces el aire pesa,
la luz se asienta,
el silencio arrulla.

Más vale buscar el parque más cercano
y aprovechar la calma para dormir al sol...

jueves, julio 23, 2009

Pequeños arrebatos III

Una fecha me lleva al recuerdo
de cosas que jamás sucedieron.

El pasado imaginario tiene la ventaja
de no terminar nunca.

lunes, julio 20, 2009

Pequeños arrebatos II

De tanto tocar tus manos,
escuchar tus ojos
y lamer tus minutos
te convertiste en realidad.

Tú, que eras instante.

jueves, julio 16, 2009

Pequeños arrebatos I

Y no podría extrañarte
porque nunca has estado aquí.

Conocerte ha sido imaginarte
y quererte un esperar
a veces tierno
y siempre inexplicable.

martes, junio 30, 2009

Librarse o perecer

Quería librarse del recuerdo
que volvía en forma de voz
al teléfono, insistente
como si las décadas no pasaran.

Hay dolores que dentellan,
sorprenden en los sueños,
castigan a distancia.
Hay pasados que siendo presentes
mortifican tristemente:
ser lo que se fue, por un segundo
puede otra vez hacernos llorar.

Supo que tenía que librarse
o perecer en la melancolía.
Matar la posibilidad,
cerrar las puertas
y darle nuevos testigos a la vida.

Dejar el pasado atrapado
en imágenes familiares
que no hacen daño...

martes, mayo 26, 2009

Tienes toda la razón

Si lo único que tengo es este tiempo,
esta dureza más real que el amor
y la incertidumbre que me agota
¿Cómo puedo hacer poesía?

Justo por eso, dirás desde lo etéreo
debo encontrar lo hermoso.
Porque nada en este mundo vale
Si no lo rehaces
desde su pobre realidad.

¿Qué somos, sino carne que se muere?
Sólo eso si no lo llenas
de la música que corre por la sangre
de cualquiera que esté apenas vivo.

Si no fuera por los matices
que a veces me regalas
esbozados en frases al aire
o miradas dulces que derriten los minutos.

Si no me ofrecieras la cicuta
en vaso alto,
las fuentes para pescar imágenes
y todos los sueños diminutos,
no podría hacer salir el sol
cada mañana
y volverte a buscar en todas las esquinas.

Tienes toda la razón.

miércoles, mayo 13, 2009

Adiós, Nacha Pop

Hoy leí en el periódico que murió Antonio Vega. Hasta hoy no había visto una foto de ese hombre (mucho menos consumido por el cáncer) que hoy ya no es. En los ochenta yo fui niña; con los noventa entré en la secundaria. No fue propiamente de mi tiempo, aunque sí recuerdo a un primer novio que tenía una hermosa maleta de cuadros rojos, llena de discos compactos. También que hacía fiestas en Tepepan, Xochimilco y que tenía 16 años cuando aprendí a bailar canciones de Danza Invisible, la Unión y el Rock en tu idioma en general. Ya muy tarde cuando se terminaban los vasos de chela, se escuchaba La chica de ayer o Lucha de gigantes, que volvería con "Amores perros" años después.

¿Y por qué me da tristeza? Quizás porque imaginaba entonces lo que imaginaría aquél hombre el mundo. Tanta nostalgia en una voz tan joven era síntoma del enigma. Como cualquier arte que valga la pena, valía por lo que no decía.

Tengo algunos muertos en el alma y, cuando lloro por la ausencia, siempre lloro por lo mismo: porque esa mirada desapareció y jamás volverá a pintarme el mundo a su manera...

Y porque en la cama fumábamos y los planos se me movían sin querer escuchando Una décima de segundo:


Un momento en una agenda,
una décima de segundo más
vuela,
va saltando de hoja en hoja,
mil millones de instantes de que hablar.
Una ráfaga de aire frío
un molino de viento hace girar,
sigue,
va rodando sobre su eje
describiendo una trayectoria más.



Adiós, Nacha Pop.

martes, abril 14, 2009

Paredes




Estar demasiado tiempo dentro de las mismas paredes provoca recuerdos que al momento de abandonar ese sitio no se dejan meter en cajas: te tiran de la falda para que te quedes, insisten con el chillido desesperante de lo irremediable y al final se rinden llorando en un rincón, como niños o cachorros abandonados, antes de desvanecerse lentamente.

Cajitas enormes como de zapatos donde metemos la cama, la ropa, los libros y todo lo que pensamos que necesitamos o queremos. Eso y los colores, la forma particular de la luz, el olor a viejo o a humedad, y todos los minutos que pasamos ahí. En realidad no necesitamos nada para vivir, sólo el tiempo que imprimimos en historias y anécdotas, en olvidos necesarios y recuerdos que nos explican de alguna manera lo absurdo de casi todas las historias, justificadas cuando son ya pasado.

Antes de llegar alguien ya había quemado la alfombra con una plancha de vapor. En el baño, un pequeño azulejo despostillado evocaba un descuido o un drama, y el estado lamentable de la cocina hablaba de muchas sopas y cafés recalentados. No sé quién vivió ahí, pero sé que alguien lo hizo. Fueron muchas personas, a lo largo de medio siglo, y su rastro apenas perceptible a veces se me metía en los huesos cuando no podía dormir.

Y hace falta una decisión, medianamente convincente ante el espejo, para cambiar de casa. Nada más que comprar cajas, hablar con la mudanza y pasar una semana entera tirando cosas, seleccionando escenas y cambiando sin querer la página por otra nueva, en blanco o con todos sus renglones dibujados en tinta negra y margen izquierdo rojo, lista para emborronarse con la incertidumbre que siempre está ahí. La estela del pasado queda, al entregar las llaves, como regalo de bienvenida al siguiente inquilino, que se preguntará quién colgó tantos carteles con tachuelas o cómo se rompió la cerradura de la recámara.

Al llegar a un nuevo lugar, uno no puede evitar estremecerse: una nueva luz que dejar caer sobre las tardes o los cuerpos desnudos; otras puertas para encerrarse o dejar pasar; un escenario, tan bueno como cualquier otro, para seguir respirando y actuar.

viernes, marzo 06, 2009

Recurso

Se muerde la piel para no morderse la uñas.

Va por ahí pensando, pero las imágenes se le echan a correr con los ruidos de las calles, se esconden detrás de la dureza del instante, regresan en el momento menos adecuado, mirándola desde dentro con ojos azules enormes llenos de lágrimas, reprochando en silencio, volviéndose a esconder.

Cada vez que tiene que escribir usa una página nueva, como si empezar en blanco vaciara la vasija de las urgencias; como si enterrando las palabras en la pila de hojas que está al otro extremo de la espiral metálica, ganara una batalla contra la ilusión del tiempo, contra la enmarañada planta de lo sentido y pensado, que crece fuerte y veloz, sin cesar.

Por eso se refugiaba en las persecuciones soñadas y cultivaba el arte de dormir en cualquier circunstancia y época del año: porque sólo durmiendo se deja en verdad de creer, y la confusión de estar vivo no tiene necesidad de ser aclarada.

viernes, febrero 13, 2009

Apunte

Sólo los amores que concluyen sin terminar, que dejan permanentemente un signo de interrogación, están hechos para la poesía. La estrella que brilla sobre un recuerdo o una promesa abierta sin fechar; la forma del mundo reinventada caleidoscópicamente, los destrozos del huracán que caen silenciosos en un caos perfecto.

martes, febrero 10, 2009

A veces...

Hay veces en las que las prioridades se reordenan
y lo importante se vuelve irrelevante.
Bajan las revoluciones por minuto,
lo inminente flota lento sobre el silencio,
lo insignificante se apodera de nosotros
y el mundo
se vuelve un lugar quieto para jugar a las insinuaciones.

Duermo cansada y en mis sueños se meten las retroexcavadoras y los taladros neumáticos que abren la avenida Revolución. Estoy a punto de abandonar este barrio y llegan los trabajadores a desentrañar el pavimento. Sueño con tiroteos y persecuciones,
con escapes maestros en ciudades ruidosas.

Despierto. Hay sol y el clima es, para variar, templado. En mi verdadera ciudad no hace falta usar suéter y siempre se puede sonreír. Las máquinas enormes abrieron un boquete de 30 centímetros de profundidad, de dos cuadras enteras, para rellenar con concreto hidráulico.

Todo cambia,
también en el paisaje
y vuelvo a estar segura de que el cambio
es la única posibilidad que tenemos
para no morir.

martes, enero 27, 2009

Viajando. Un reflejo.




Nos vamos, decimos adiós, transitamos por estaciones, viajamos al hogar, nos alejamos de casa, terminamos un descanso y enfilamos al siguiente punto de la ruta.

Así terminan las fiestas para familias jovencísimas, con abrazos ante la puerta de un autobús, siempre en un domingo soleado que se arrastra exhausto de contar minutos, que con un poco de esfuerzo sólo es una extensión cálida de vida.

Después de la despedida, dejamos un par de siluetas en el cristal. Lo que éramos en un instante, desprendiéndose lentamente de lo que somos y seremos. Poco a poco los recuerdos, las ideas de ese momento, la temperatura exacta y el aroma de una piel se diluyen en las palabras que los describen, en la foto apenas insinuada de un fragmento de segundo, en el que sin motivo, existimos.

jueves, enero 22, 2009

Viento

Antes de atraparlas
escapan con el viento.

Viene una idea,
la fijo, la saboreo
y de pronto llega algo
como una rueda descompuesta,
ese juego cuyo nombre no alcanzo,
en una reja de ventilación del metro,
roto, inservible, junto a un par de viejas
demasiado tristes como para escuchar
el escándalo del aire saliendo
por el tubo enorme, lleno de gritos
que nadie escucha.





Sigo caminando y otra vez
el sol se me mete en los huesos,
vienen de nuevo las palabras,
revoloteando.
Un pavo real aparece,
en plena avenida dos
protegido por un hombre herido
con un arma y agujetas medio hechas.





El mundo se impone siendo
impidiéndome relatar el matiz decidido
que había logrado atrapar.

Termino en el parque,
escribiendo acerca el sol
que me recordó todo el tiempo
que las palabras existen
más allá de esta realidad
que no se deja transformar
en algo que pueda nombrarse.


martes, enero 06, 2009

Escándalo




¿Quién chingados le quitó los mosaiquitos
con nombres de canciones al piso de la Cineteca?

Empieza el año y las cosas no están donde deben,
alguien decide que mis recuerdos de la secu
tienen que ser remodelados
y solamente el pedazo de metal para jugar a la luna
que me encuentro junto a la taquilla
me salva de largarme indignada.

Pero así es, pasan los recuerdos
y con ellos, los indicios de lo que fue,
de lo que ya nunca será.

Quizás por eso mismo son preciosos,
porque desaparecen
y de vez en cuando,
reaparecen como algo ganado a la muerte.