miércoles, junio 29, 2005

Deslinde de responsabilidades

Me puedes culpar por intentar medir la curva exacta de tu espalda a las once de la noche; por perseguir tu boca a media risa en cada tarde, por comparar a las gotas de lluvia con los sabores de tus manos.

Culpable siempre fui de vivir sin pensar demasiado (las ideas en la vida llana me paralizan), de dolerme sin medida en las ausencias, de amar sin considerar aspectos logísticos o sucios pasados en mis amores.

Culpable por la pasión, por la alegría, por la falta de duda en cada abrazo. Por despedirme y seguir queriendo, por mirar las partidas y no resignarme a vivir como siempre.

Culpable de guardar una memoria, de ser transformada por la vida, de no ser la misma y tener que reaprender mis límites y mis miradas en cada episodio de esta locura. Pero no de amar poco esta existencia, no de sentir la alegría de respirar hasta en las malas pasadas de mi propio cuerpo.

Y si aumenta la presión, me da vueltas el mundo y la cabeza me estalla, yo te digo: es solo la vida que sigue, el amor que busca sus formas de expresarse, la confianza de poderme tropezar, porque están tus brazos para sostenerme.

miércoles, junio 22, 2005


Ellos, como yo...
La gata Anelka
Foto: Huini Juárez. Posted by Hello

sombras tiernas...

No los has visto. Están a los lados de este pasillo de edificios viejos. Son todos flacos, vengativos y enfadados, buscando algo en rincones que no existen. En este conjunto no hay esquinas, pocos escondrijos y a mi, como a ellos, me queda nada más la noche para escuchar música, beber, besar y hacer todas esas cosas por las que no dejo de llamar vida a mi vida.

Observo sus persecusiones, la falta de miedo, la insolencia con la que me miran recorrer los metros necesarios para llegar a la puerta veinte. Son sombras tiernas con el espinazo erizado. Observo desde esta ventana que no acaba de ser mía, como mía no es esta casa desde la que miro una noche que tampoco me pertenece. Estos gatos buscan como yo y a veces, como yo, encuentran una caricia, un ronroneo o la simple satisfacción de hurgar en los escondites privados de la paz.

lunes, junio 20, 2005


En tus brazos de agua dulce, acuna mis sueños...
Taller de escultura clásica, Universidad de Hamburgo.
Foto: Martin Typke Posted by Hello

despedida matutina

Se me nublan las vértebras con el inicio de la semana. Pasa un ruido de fondo por mi cabeza, las manos entorpecidas trabajan, negándome el lugar en que las pongo. Me dicen las falanges que debí quedarme quieta en el origen, impidiendo que saliera el sol, que la gente abandonara sus casas. Una alerta general o un cataclismo se precisaban esta mañana para regalarme las horas que nunca tendré.

Allá me fui en el río de los tormentos a esa hora prohibida. No pude contra la corriente de mi propia vida. Te dejé, más deseado que nunca, acunando mis sueños tibios y oscuros en en tus brazos de agua dulce.

miércoles, junio 15, 2005


Kairós, el momento oportuno...
Foto: Martin Typke. Posted by Hello

caja de luz

Se siente que el agua recorre espacios suculentos, el sabor de lo transparente toma tu nombre y se delínea por momentos en que nada de lo dicho vale. Apenas parpadeas y sonríes, extraño e imperfecto como eres, poblando las mañanas como regalo inesperado de la tierra.

Por fin se va el sol, la temperatura vuelve a recordar los tiempos del lago. Las inundaciones y el verano caótico se presienten, el cielo es una gran caja cubierta de luz que suaviza las sombras, el volumen de las cosas vuelve a ser el preciso y toda la pintura ajada de los edificios del viaducto se descara, la ciudad es más vieja que nunca y no hay brillos o sudores que la escondan de su descuido.

Y ni tanta risa, ni tantas voces. Los ruidos de las máquinas y los seres vivos van construyendo estos escenarios, las cosas suceden, a falta de mejor explicación, porque se encontraron el momento oportuno para ser.

lunes, junio 13, 2005

Lo que se necesita en lunes

Esta calma se me desmorona como el pan caliente, me dice cosas que no comprendo, retuerce el cuello del que penden mis ojos, me arrastra...

Dejarse llevar en esta tierra es duro porque el asfalto se tiñe de vidrios cada que pasa una noche de violentas sacudidas. Todo se barre y se limpia antes de las nueve, comienza otra vez la mañana y parece que nada sucedió.

De nuevo el ruido en los semáforos, el cabello mojado, las prisas sin sentido de los cuerpos.

Todos vamos para el mismo lado, algunos menos concientes que otros, de que las historias se suceden
se traslapan
se olvidan
se renuevan
pero siempre pasan.

Olvido no quiero, quiero la calma de pensarte y saborearte, de vivirme la vida que no es mia, de regalarte la que poseo. De sentir, que sentir es todo nuestro terreno.

Calma en esta euforia, calma por favor
un poco de calma.

viernes, junio 10, 2005


¿De qué me despido y me libero?
Ernst Barlach en el Kunsthalle, Hamburgo
Foto: Martin Typke Posted by Hello

Adiós a mi misma

Hermana de la sal, yo te desdigo de todas las observaciones hechas sobre este mundo. El trabajo se me alinea con el ombligo cuando intento destrozar la transparencia de la civilización, nada me hace sentido en los parajes de la vida cuando los leo en parámetros ajenos.

Me entrego a los ritmos menos míos, adquiridos en banquetas renovadas por el encuentro al azar. Esos ojos de agua oscura me advierten el futuro de una risa tranquila. Todas las explosiones que guardé para lo excepcional se detonan, está aquí lo inesperado.

Fuimos la domadora, la hetaira despreciando el amor logrado sobre el filo prohibido de la norma. Caminamos sobre los cuerpos de lo dicho, inventamos un código incomprensible para salvarnos de ser humanidad.

Después de tanto tiempo regreso al mundo para sonreír, para poblar estas calles de la mano de alguien, incapaz de temerme o abandonarme. Me despido hoy, hermana mía, para ser yo.

martes, junio 07, 2005

somos...

Encerrados en este calor de infierno nos vamos acercando. Todo está oscuro y yo que creo saber de qué está hecho tu cuerpo, cómo te mueves en estas superficies, las sensaciones de la noche enteras en tus dedos. Pero no sé nada, te me transformas en otra clase de bestia, en un sabor desconocido, en un instante que no reconozco aunque parezca el mismo de otras veces.

La verdadera vuelta a la infancia está en la temperatura alarmante de tu cuello, en las vibraciones que siento mientras te beso: ya no sé si me besas o te beso yo a ti, las mordidas se me confunden con la pérdida de la conciencia, las gotas de sudor y las voces que escucho se alejan, para siempre me apuñala este momento, no hay nada atrás, nada por venir, sólo el vaivén de los músculos, la risa que adivino entre las sombras, las palabras que adquieren una textura nueva con la sal, este perfecto sopor que se convierte en llama y me aleja de lo que creo ser para llevarme a lo que soy.

Somos carne amado mío, suculenta sorpresa en cada ocaso. Voy a usar todos los hilos de colores que conozco para no apoderarme nunca de tus secretos.

lunes, junio 06, 2005

males y placebos

Se manifiesta en oleadas. Llega sin aviso. Me arrebata la sonrisa. Si me muevo me molesta, puebla todo este cuerpo. Sudo, peso, respiro con dificultad. El mundo en la sobreexposición: se queman las orillas de la imagen, se pierde el detalle, los colores se funden en blancos desalmados, inexpresivos.

No estoy lista para seguir y sigo. Sólo estoy bien en lo oscuro, en la calma de esos brazos, en las risas cuyo origen precede a la conciencia: el payaso en la plaza, el bocado delicioso, la pasión sin nombre de tu cuerpo, lo inmediato y el encanto de no pensar.

El mundo se me transforma, yo soy yo pero no llego a manifestarme en estas condiciones. A la merced de una broma cruel, de los dolores de mi propio cuerpo, de las palabras ajenas, de la carga de trabajo y su falta de importancia, del mundo de la noche, demasiado ruidoso y lleno de evidencias de que este mundo sigue.

No sé si es el calor o la tristeza. Voy sintiendo la parte que se me ha muerto, trato desesperadamente de pintarla en la memoria de los otros, de darle forma en mi interior, de lograr esos bonitos embustes con los que se consuela a los dolientes... Necesito regresar a mi infancia, aunque sea por un rato...

miércoles, junio 01, 2005

Para ti, Iván

Nada que se pueda hacer, nada que explicar.

Esto no tiene razones y todavía hago, como tú, el esfuerzo de no pensarlo todo, porque esto no se puede pensar. Sin lograrlo, querido escuincle, racionales siempre fuimos y sin argumentos me llega el golpe así, se me rompen los cristales todos, el sol es odioso, ningún matiz de la vida ha dejado de ser bello y todos me duelen nada más porque ya no te los voy a poder platicar, uno por uno de tarde o de mañana, perdidos los dos siempre, despistados y citadinos y enamorados de esa forma que nos costó tantos años lograr.

No te fuiste con tus lentes y dejarte la pulsera de tantos años no me sirve de consuelo. ¿Qué demonios haces tan alto, tan muerto y tan callado, con la camisa roja de comunista, con las manos destrozadas, con la felicidad tan inmediata destruida?

Dime Iván, ¿ahora quién me va a consolar? ¿En qué barranco se quedó el disco de radio tarifa y el libro de mann y esos besos más furtivos que mi mismísimo nombre, todo lo que te di y todo lo que escribimos?

Y sí que lo creo, estás muerto y yo qué putas hago con todo esto que nada más es tuyo y mío. Quién me llamará hermosa y me dedicará largas epístolas cristalinas. Quién me va a abrazar en cada problema, quién me va a amar tanto como yo amo a mis amores.

Ninguno a la altura de tu alma. Ninguna lágrima o palabra cabe en este dolor. Soy tan inútil como tú encerrado en la cripta y me quedo aquí escribiendo y leyendo al mundo de la mano de tu voz y si pudieras acompañarme me darías una perspectiva menos emocional, más constructiva y menos pendeja que la mía.

No lo puedo evitar aunque te enojes. Perdí a la persona que más y mejor me amó. Y aquí te voy dejando mi propio corazón en los ojos ajenos, que nunca un espacio fue tan mío como este que no toco, tanto como lo que te he dado, que se muere contigo y se me remuere a cada instante.

Hoy todo se mueve menos, al paso de tu ausencia me reclino en tanta vida pero sigue siendo igual de terrible. Venga el tiempo, que no te voy a dejar ir...