miércoles, junio 21, 2006

Tengo que decir

Que el olor de los chiles poblanos asados en la flama azul directa se parece al ambiente nuevo de una casa completamente llena de luz. La vida concede a ratos espacios en los que no hay plazos que cumplir y el gato se arremolina en tus piernas y los espejos de otros lugares te devuelven tu propia imagen sonriendo.

Una casa es mucho más fácil de construir de lo que te imaginas: hace falta luz, espacio, verduras aromáticas y tiempo para jugar con ellas en una cacerola. Flashazos para retratarte en espejos heredados de otras historias y, sencillamente, dejar pasar la tarde.