jueves, noviembre 25, 2010

Una canción

Para dejar como por casualidad
palabras en el cuenco de tu oreja
rodearte el cuello con los brazos
acercar los labios, lamer rozando
imaginar los ojos y decir despacio:
¿ves como se templa el rumor de la vida?
Su textura de besos y señales
se acomoda por la red de puntos
que hace al mundo: hoy somos.

Somos, amor mío, somos lo que somos
sobre los días, como el agua que se mueve
por la luna o por el viento, peces que florecen.
Somos algo más que nuestros huesos
y poblamos el mundo de lo nuestro
en que vive el mar y cabe el cielo entero.

No me alcanza la noche para respirarte
en la cocina de palabras el olor de los pimientos
ese juego de vocales que me delinea el presente
me lleva al otro lado y me recita los versos
de lo que podrá haber sido, de lo que ya va siendo.

Me quedo dormida acariciando tu sexo
despierto con tu voz
me dibujas con los dedos
y aunque cantar al amor así
sea un acto de injusticia
estoy tan llena de ti
que no me queda otro remedio.

miércoles, noviembre 10, 2010

Un poco de fe

Y así se van a ir
uno a uno
al diablo:
a fin de cuentas
eso quieren todos,
la pasión,
el infierno mental de posibilidades,
realidades que nunca se parecen
al poema, a la promesa, al sueño.

Una tortura lenta
como esas que practicaba
hace años,
cuando jugaba
a ser más fuerte que mi dolor,
a poseer al otro,
a no ser yo.

Pobre estúpida.
Debieron resultar tan dulces
mis alianzas con desconocidos,
la arrogancia sin tacones,
la inocencia
de creerme por encima
de la simple vida.

Hoy creo
en el agua que bebo
y en esa boca tan leída
relatada
deseada
aborrecida
que es tan sólo verdadera
cuando está sobre la mía.

Creo en mis amigos,
esos que te conté el otro día,
uno, dos, acaso tres
y en ese hombre
que es mi cuerpo,
que me quiere
como yo me quiero,
que ensaya
actos simples
a mi lado.

miércoles, noviembre 03, 2010

Exhausta

Tú y una manera de sonreír
después de tantos imprevistos
frente a mi presencia hambrienta
en una tarde redibujada por esperas,
traiciones de liderato,
gruñidos y ternura.

Ni siquiera estoy dentro de mi ropa,
la energía la gasté en vendettas ajenas,
estoy tan lejos que podría ni quererte
aunque ya sabes, sí te quiero,
me alcanza la energía para mirarte
y escuchar una conversación
en la que no participaste.

Llego a casa, perdida en el borde
de algo parecido a la inocencia:
hace mucho que no sentía estas ganas
de dormir en el camino, de no tener
que llevarme con mis propias manos
hasta la cama.

Amor que se condensa
no tengo palabras apropiadas ya,
vivo de la fuerza de mis ojos, ligereza
de la risa en la que el mundo engancha.
Escribo en pequeño, no es tiempo de proezas,
me tiembla el esfuerzo por llegar a ti,
a la noche, al plan, al sueño denso
en el que los desconocidos me hablan
de cosas que conozco demasiado:
amores de fantasía, vasos, azoteas en silencio,
abrazos apretados a lo largo de una cuadra.

Letras a lápiz para una madrugada,
palabras que viven de sus actos
pero no se deben interpretar:
arrogancia, expectativa, juego,
me da lo mismo, tengo los huesos
molidos por un sillón y una aventura.

El futuro no tiene forma y eso me alegra
en este día sin sol en el que caben
la música de piano
la transparencia del cariño
el rastro de tus dedos
la marca de mis labios
el fantasma del perro bueno
y nuestros pasos, resonando...

miércoles, octubre 27, 2010

Y es un juego


¿Qué es un beso sin discurso,
caído de la casualidad al mundo,
acunado por unos minutos
en el valle de los imposibles?

Es un ensayo, el juego de lo real
sacado del relato, puesto en el secreto,
una sensación que pierde a sus actores
convirtiéndose quizás en un recuerdo.

Labios abiertos apenas, dientes tibios,
la mordida marcada con precisión ahí
donde no puede evitarse verla
y sentir de nuevo los ojos de su autor.

Un beso gratuito puede ser la redención
después de un cigarro y una manzana,
una muestra de cariño, un ejercicio
de las habilidades adquiridas en el tiempo.

¿Cuántas veces he besado?
Todas aquellas en las que no he podido
explicar que no hace falta decir nada
para acercarse al otro y quererlo.

sábado, octubre 23, 2010

Maldormida

Y hoy,
en el cumpleaños de mi padre,
a punto de salir a bailar y
hablar con los desconocidos
que también son mi familia...

Cansada,
tanto soñar no puede ser bueno,
darle vueltas a las irrealidades,
andar en auto toda la noche
con mis muertos más queridos.

Débil,
la sangre me calienta, me pierde
ese golpe de coraje con que ando,
me deja flotando sobre minutos:
uno a la vez, como una enferma.

Tranquila,
he estado aquí tantas veces
a punto de vivir otro día con sueño
y recuperar el ritmo cantando,
dándole oportunidad a la sorpresa...

martes, octubre 19, 2010

Para querer...

Para querer
no hacen falta noches insomnes
o largas colecciones de imágenes
tomadas de la vida y sus detalles.

No es necesario
saberse más allá del tiempo,
robarle al milagro sus colores
ni tender paraísos sobre el viento.

Solamente
toma el instante para mirarse
en la carne y la voz de alguien,
encontrar el ritmo y respirar viviendo.

Ignorar al otro
pero poder imaginarlo,
admirar y aplaudir sus piruetas,
interpretar sus dolores y silencios.

Ser honesto.
Aquí nadie sabe nada más
que lo que siente e inventa:
su voluntad y su deseo.

domingo, octubre 10, 2010

Reglamento

Inspirado en el bonito post de Semidios. Y en mi amor.


1. Está prohibido decir adiós, sin importar la distancia, la ineficiencia de los aviones o los compromisos previamente adquiridos.

2. Beber vodka sin congelar en la cocina después de las doce de la noche es pecado contra el decoro en tercer grado.

3. Esa canción debe cantarse en el auto, sin importar el cansancio del sol, los accidentes del asfalto o la imbecilidad de la especie humana.

4. Esa otra canción deberá tararearse como si remáramos navegando el uno hacia el otro, en honor a los incendios sucedidos hace seis años.

5. La música para bailar será elegida aleatoriamente en la sala y enfrentada con valor en las cantinas de mala muerte.

6. El que bese primero tiene que robarle el aliento al otro antes de aclararle los ojos.

7. Cualquier declaración hecha antes del amanecer será considerada un paso más en el perfeccionamiento de lo gratuito.

8. Los cambios de planes deberán notificarse con una mirada de anticipación, girando sobre la cadera y haciendo que el viento sople sobre los recuerdos.

9. Esas sonrisas son mías si saben a chocolate.

10. Esos gemidos son tuyos si logras hacerme sudar sin perder el ritmo.

11. Cualquier casa es nuestra casa si tiene una manta suave y tres horas de cine de vaqueros.

12. Arrancarle sonrisas a los extraños vale diez puntos. Si lo hacemos juntos, cincuenta. Si se logra en un lapso menor a cinco minutos, cien y una comida en el paraíso.

13. Cuando duermas te acariciaré la cabeza. Cuando yo duerma, me dejarás pegarme cuán larga soy a tu cuerpo. Si dormimos al mismo tiempo, los alacranes montarán la guardia.

14. El día termina cuando cerramos los ojos y el siguiente comienza con café, un beso o el rugido del hambre.

15. Todas estas reglas estarán vigentes del viernes al domingo de la semana que termina. Mañana, ya veremos.

miércoles, octubre 06, 2010

Momento

Si pudiera hacer más lento el tiempo
en el que el sol no sale y siento cada hueso,
detendría el humo para calcar sus líneas
en la pared azul que mira al cielo:
serían hilos delicados como el aire,
sin principio o fin, puras evoluciones
atrapadas en un trazo sin tormentos.

Saborear los recuerdos es un vicio
irrespetuoso, egoísta, inevitable:
este precario acuerdo con la nada
me deja al inicio, no hay historia,
solamente convicciones solipsistas,
encuentros suaves, como de corrientes
y espacio para cambiar el rumbo
en cualquier momento.

jueves, septiembre 30, 2010

Nota aclaratoria

No me hago responsable por la lectura
que pueda tener la expresión "te quiero",
ni por las miradas que ellos creen
que son suyas cuando voltean a verme.

Ya sabes que tengo la lengua fácil
y que me gusta casi todo, casi siempre.
Has visto cómo me enamoro indebidamente,
dibujo los contornos del otro, los míos
y después echo todo por tierra, llorando.

Excepto lo que vale la pena,
lo raro, lo que no puede definirse.
Se me quedan los misterios enganchados,
toman nuevas formas, son demonios
que me permiten seguir estando sola.

Mis padres nunca se dijeron "mi amor"
y por eso solamente sé querer. Aprendí
a sonreír para compensar a la muerte:
en el fondo nunca creo en nada
y muy pocas veces en alguien.

Soy la dulce madre de la patria
que desaparece suavemente
asustada de los plazos forzosos.
Creo en el amor sin tiempo
y en los hijos que tendremos,
aunque sea sobre el papel.

Lo que tiene palabras, lo que no,
este arte no es sencillo, no es un arte,
es prudencia, reconocimiento de la especie.
No somos animales, tampoco dioses,
vivimos de nuestras ludopatías, sabemos
bailar y permanecer por poco tiempo.

Hay una esquina imaginaria en este libro,
en la que somos profetas y sabemos amar.
No debemos confundir un par de conceptos
pero es inevitable, somos humanos.

-No te engañes. Somos otra cosa.

miércoles, septiembre 29, 2010

Poema al Viento

No llores hermana, no,
por mala que sea mi suerte
porque ni la misma muerte
hará que te olvide yo.
Son de la noche.


Voz perdida, cascarón de luna,
diluida entre equívocos y verdades.
Tono de mis labios quebrantados,
piedras de río en la garganta
que quieren remoler lo irremediable.

Te encuentro en la belleza del instante:
somos impuros, estamos expuestos
pero aún en la cúspide del mundo,
queriendo ser y no reconocernos
en el camino hollado del futuro.

Me arrebaté la voz con la que cantaba.
Callaste, no había más qué decir.
Agrieté esa música que amaba
y tú escuchaste para recordarme
lo que somos y de lo que no se habla.

Aquí estamos, después de siempre,
haciendo relatos y preguntas.
¿Por qué? No sé decirlo,
estoy muda de sorpresa y tiempo,
soy mis ojos, soy la imagen del momento.

No sabemos lo que sabemos,
tropezamos ávidos de ser
al final de lo que somos;
tenemos la certeza del querer
que se sobrepone a cualquier cómo.

El destino es lo indeterminado:
jugar nos define, nos salva, nos condena,
pertenecemos al aire y al mar,
a la carretera y a los sueños.

Duele el silencio, la risa hiere,
esta vida nuestra y de los otros
lastima en el error, por siempre.

La noche pierde el nombre,
bailamos sobre las estrellas,
lentamente, la voz vuelve...