Y así se van a ir
uno a uno
al diablo:
a fin de cuentas
eso quieren todos,
la pasión,
el infierno mental de posibilidades,
realidades que nunca se parecen
al poema, a la promesa, al sueño.
Una tortura lenta
como esas que practicaba
hace años,
cuando jugaba
a ser más fuerte que mi dolor,
a poseer al otro,
a no ser yo.
Pobre estúpida.
Debieron resultar tan dulces
mis alianzas con desconocidos,
la arrogancia sin tacones,
la inocencia
de creerme por encima
de la simple vida.
Hoy creo
en el agua que bebo
y en esa boca tan leída
relatada
deseada
aborrecida
que es tan sólo verdadera
cuando está sobre la mía.
Creo en mis amigos,
esos que te conté el otro día,
uno, dos, acaso tres
y en ese hombre
que es mi cuerpo,
que me quiere
como yo me quiero,
que ensaya
actos simples
a mi lado.
Srita. Furtiva
ResponderBorrarUn gran abrazo desde aca
Lu
La grandes lecciones que uno va aprendiendo en el correr de la vida. Abrazos.
ResponderBorrarSalut.
ResponderBorrarMe quedo con estas líneas:
ResponderBorrar"Hoy creo
en el agua que bebo
y en esa boca tan leída
relatada
deseada
aborrecida
que es tan sólo verdadera
cuando está sobre la mía".
Saludos.