jueves, noviembre 25, 2010

Una canción

Para dejar como por casualidad
palabras en el cuenco de tu oreja
rodearte el cuello con los brazos
acercar los labios, lamer rozando
imaginar los ojos y decir despacio:
¿ves como se templa el rumor de la vida?
Su textura de besos y señales
se acomoda por la red de puntos
que hace al mundo: hoy somos.

Somos, amor mío, somos lo que somos
sobre los días, como el agua que se mueve
por la luna o por el viento, peces que florecen.
Somos algo más que nuestros huesos
y poblamos el mundo de lo nuestro
en que vive el mar y cabe el cielo entero.

No me alcanza la noche para respirarte
en la cocina de palabras el olor de los pimientos
ese juego de vocales que me delinea el presente
me lleva al otro lado y me recita los versos
de lo que podrá haber sido, de lo que ya va siendo.

Me quedo dormida acariciando tu sexo
despierto con tu voz
me dibujas con los dedos
y aunque cantar al amor así
sea un acto de injusticia
estoy tan llena de ti
que no me queda otro remedio.

1 comentario:

Escribe algo. Todas las palabras tienen peso.