domingo, mayo 30, 2010

Sueño de manzanas


Si de la punta de los dedos de una mujer
cayera la luz que protege a los enfermos,
y de una mirada que se desmorona
dependiera la saciedad del tiempo.

Si curarse del dolor de la existencia
fuera posible, sostenible, viable,
y hablar fuera suficiente para decir algo, entonces,
sólo entonces, sabría que me comprendes.

Y la piel de sol de las manzanas cantaría
con el olor dulce de la carne entre los dientes
y por tu garganta podría correr la melodía
del sabor que sólo quien se come al mundo entiende.

miércoles, mayo 19, 2010

Sobre el suicidio

Tiene, en su soledad,
la trama del tiempo denso
y las tijeras para decidir el fin
en un corte limpio de metal.

Pero le falta la firmeza para decidir
ser su propio juez y verdugo
y tirar por la borda las sonrisas
que aún podrían ser en su amargura.

Aunque nada lo ate y vague
entre el hartazgo y el dolor,
no renuncia a la posibilidad de ser
lo que ha soñado, deseado, negado.

La ilusión lo atrapa en una vida
demasiado tediosa para amarla,
pero suficientemente tentadora
como para conservarla.

No sabía si era amor a la vida
o tal vez adicción a la fantasía,
lo que jamás imaginó era
que el destino no existia.

Todo era, a fin de cuentas,
pura construcción, nunca ilusión.
Y él estaba ya muerto de asfixia
víctima de la inmovilidad.

sábado, mayo 08, 2010

Destrucción



Frente a un cuerpo, otro
y entre ellos el espacio
por el que vuelan las motas de polvo
que se desprenden de las cosas.

Música imperceptible
al ritmo de la cual se desmoronan
el mundo y sus milagros,
la vida y el misterio.

Tan lenta es la muerte
que los pasos de la gente
son como el latido acelerado
de una verdad ignorada.

miércoles, abril 28, 2010

Claridad en los conceptos

Yo
ya no tengo enamorados y no sé
si renuncié temporalmente a las ilusiones
o dejé de confundir ciertos conceptos.

Hace tanto que perseguía
el amor como una perra hambrienta,
tratando de hacerlo caber en el deseo,
de meter las miradas y la piel entera
en el sucio territorio de lo eterno.

Claridad, dice la voz del viento:
una boca es sólo eso y un beso la sustancia
que atraviesa la carne: un lazo delicado,
una cuestión de pericia, la gimnasia del momento.

Querer a mis amigos, amar a mis amantes,
suspender los absolutos y sorprenderme
ante la verdad de los que ofrecen lo que son
a cambio de lo mismo, regalando.


El dolor de corazón es un error metodológico.

miércoles, abril 21, 2010

A veces tengo malos pensamientos

Albert Plá en el Teatro de la Ciudad.


Desde la oscuridad
quisiera olvidar lo irremediable:
ir o venir, estar o desaparecer,
son consecuencias de la confusión
cuidadosamente preservada
de no creerme con deberes para nadie,
ni siquiera para mi...

Veo a esos dos que quise
a unos metros, creo que no me ven,
y están tan lejos como parecen,
perfectos y ajenos ya, ellos,
los que antes llamé mi familia.

A veces los extraño, otras los odio
por su maravillosa ética flexible
que juzga en una sola dirección,
por su carácter de chiquillos terribles,
de mártires sin piedad.

Es que fueron tantos años,
tantos códigos suspendidos
aún empleados separadamente,
tanta amargura llevada a medias
y el dolor entero de crecer en la arrogancia.

Estas querencias no pasan por las palabras
¿Para qué acercarse? No tiene sentido.
Se diluyen en la muchedumbre hacia la salida
y una tristeza vaga me invade aunque no quiera:
Ninguna verdad dogmática resiste argumentos
pero eso no es algo pueda decirles.

miércoles, abril 14, 2010

Apariencias




¿A quién ama el hombre sabio con el turno al micrófono?
¿Qué recuerdo fantasmagórico lo hizo pensar tanto en lo que es?
¿Desayunó bien, le duele la cabeza, tiene gastritis?
¿Cómo era el pensador cuando no tenía canas?

La muchacha comenta al oído de su amiga
algo urgente y preocupante
cuidadosa de no ser escuchada, esperando una respuesta.

Acaso se preguntaba, como yo,
cuál es la magia que sucede entre los individuos
con sus cuerpos y querencias, su circunstancia ineludible,
para construir el encanto de lo social,
para crear la ilusión
de comunidad.

Y yo que sólo veo ojos, intenciones y sentimientos
no puedo acabar de creerme que eso fuera un simposio académico.

sábado, abril 10, 2010

Juegos

Sacar a bailarme,
comenzar a besarme,
aprender a retorcerme.

Olvidar en el rumor de las palabras,
ese nombre que tenía,
aquella historia no iniciada.

Juegos de piruetas incandescentes:
el postre antes de la cena y un beso
me renuevan por un rato
la fe en los extraños.

miércoles, marzo 31, 2010

Fantasmas en el cine


Y si no hay nadie en el cine puedes jugar a ser un fantasma. Los empleados ya tienen el corazón oprimido por trabajar en un edificio más alto que su imaginación, por entrar por las tripas del monstruo en series cruzadas de escalones metálicos que no permiten mover los músculos, así que toman la presencia de los espectadores extemporáneos con la misma naturalidad que una mota de polvo sobre las mesas de acrílico y poliéster, tal vez como una invención provocada por la luz que nunca varía en interiores, vete tú a saber qué cosas ven sin sentir esos seres extraños sin piernas que siempre están del otro lado del mostrador.

Un fantasma en los baños limpísimos, alineados, en los espejos que nunca nadie mira y las filas de butacas que son como niños asustados quietecitos con miedo a la oscuridad. Te sientas en medio de todos ellos, se apagan las luces, tiemblas de emoción porque nadie está ahí para compartir la respiración. Tomas aire, abres bien los ojos: la función va a comenzar.

miércoles, marzo 24, 2010

Extraños

Entendido estaba
que seríamos extraños para siempre,
besándonos de reojo
[rozando con la punta de los dedos
el borde de la tela que nos cubre].

Puntos en la red del tiempo somos,
pequeñísimos testigos
que dejan pistas invisibles
a la orilla de un mundo sin tropiezos.

Cambiar de perspectiva
con referencia a la ausencia o la presencia
reconocer detalles inexistentes
atesorar con fruición los papeles
en los que jamás escribiremos nuestros nombres.

No hay mejor deber que imaginar:
los que no se conocen, nunca pueden abandonarse.

miércoles, marzo 17, 2010

Cosas que me gustan (cosas que no)

El sol saliendo a 60 kilómetros por hora
(la voz ronca de los ejes viales)

El reflejo repetido de los retrovisores
(las miradas lascivas a través de la calle)

Los extraños que sonríen en las bibliotecas
(los hombres con culo de mujer)

El bajo voltaje que juguetea
(el espanto de los idiotas ante la lluvia)

El regreso del Extraño que esperaba
(los encuentros triviales con funcionarios)

Los niños que se rebelan gritando en las filas
(las madres impacientes que no juegan)

Tus ojos tímidos que preguntan sin cesar
(las dolencias que no preguntan por la vida)

Los poemas dejados al aire con rumbo bien marcado
(las estructuras sin punto débil)

La filosofía después de las nueve de la noche
(el silencio sin pistas que brillen en la oscuridad)

Tu boca los domingos clandestinos
(el tiempo a cuentagotas del elevador)

Las moneditas a golpe de cadera
(la charla sosa de la espera casual)

Y todo hoy. Y todo siempre.