lunes, abril 28, 2008

¿Por qué hay fotos que son mejores fuera de foco?

Goran Bregovic en la Plaza de Santo Domingo.
Domingo 27 de abril. Foto: Huini Juárez.


Porque así son los conciertos, una aglomeración de gente con diversos motivos exhibiendo su energía: músicos que sonríen a ningún par de ojos en específico; brillos de metal que se barren cuando brincas, cuando esquivas a las jóvenes alcoholizadas esbozando danzas sensuales; chispas en las manos de los viejos que sonríen y bailan también, con menos pretensiones pero más sinceridad.

Te das cuenta que estás atrapado sin estarlo, en una de las plazas más viejas de una ciudad tan vieja como esta, y puedes omitirlo todo: a las lolitas, al sector "alternativo", los discursos gubernamentales, el nombre del festival. Ahí, junto al edificio de la Santa Inquisición; más exactamente, en la puerta de la Iglesia de Santo Domingo, se puede borrar la masa a punta de decisión, omitir el olor a sudor, marihuana, alcohol descompuesto. Queda la lluvia, ligera y persistente, las voces que te levantan cinco centímetros de la realidad, el sonido que se atora en la garganta y te mueve, además de los recuerdos.

Escuché a Bregovic con uno de mis amores en la carretera, por los tiempos jóvenes en los que aún no sabía la clase de persona en la que me convertiría. También en aquél año nuevo cuando todos nos quisimos, antes de que la muerte me arrebatara por primera vez a un amigo. Y en una tarde soleada, haciendo el amor con la misma canción una y otra vez (una y otra vez, el amor y la canción).

Hay acontecimientos tan extraños como simples: estar ahí, sentirlo todo, bailar inevitablemente, ver que sí, es cierto, la música nos hace felices y hermosos. Por un instante, fuera de foco, como en una foto que poco dice de lo que sentí estando ahí, sin pagar, recibiendo algo que era mío, que era de todo el que estuvo ahí y supo dejarlo entrar.


lunes, abril 21, 2008

Encuesta

¿Qué es la poesía y qué nos hace?

1) Manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa. Transforma la vida de quien la usa, dándole nuevos significados a la realidad.

2) Una manera de esconder la finitud, de crear lo que no existe y darle vida a lo que nunca existirá.

3) Un bonito ejercicio que no afecta en nada nuestros actos, dado que son determinados por causas diferentes a la belleza de forma o fondo.

4) El escape ficticio a la simpleza de nuestro comportamiento.

5) Una necesidad para algunos enfermos del alma.

¿Alguna otra propuesta? Para reflexionar en torno a ello, dos de mis poemas favoritos:



Nocturno de la estatua

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las flechas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien veces
hasta oírla decir: «estoy muerta de sueño».

Xavier Villaurrutia


A smile to remember

we had goldfish and they circled around and around
in the bowl on the table near the heavy drapes
covering the picture window and
my mother, always smiling, wanting us all
to be happy, told me, "be happy Henry!"
and she was right: it's better to be happy if you can
but my father continued to beat her and me several times a week while
raging inside his 6-foot-two frame because he couldn't
understand what was attacking him from within.

my mother, poor fish,
wanting to be happy, beaten two or three times a
week, telling me to be happy: "Henry, smile!
why don't you ever smile?"

and then she would smile, to show me how, and it was the
saddest smile I ever saw

one day the goldfish died, all five of them,
they floated on the water, on their sides, their
eyes still open,
and when my father got home he threw them to the cat
there on the kitchen floor and we watched as my mother
smiled

Charles Bukowski

miércoles, abril 16, 2008

Eclipse


Para Hierbabuena.


Dime niña, ¿qué te preocupa?
Son tantas cosas las que suceden
y se suelen vivir en etapas, una a la vez o muchas,
planeadas o asumidas por la corriente de los otros.

Pero hay vidas, como la tuya,
que van saltando, cambiando hojas:
de pronto todo es tibio y como de leche;
abres una puerta y es la noche
de humo y desconocidos;
miras hacia la calle y es el amor,
con su cara más extraña.

Todos los nombres que tienes
son el mismo para los otros.
Sólo tú sabes que aquí eres una,
allá otra y en todas las tú que hay
sonríes con ganas, abrazas con palabras,
escapas con alegría -locura le dicen otros-
antídoto para el dolor, sabemos tú y yo que es.

Y si lloras, te retuerces las manos preocupada,
sabes que es parte de este remolino
que también tiene colores y esperanzas.
Un eclipse, algo que se irá, que se arregla,
se transforma y deja una marca benigna
de experiencia.

Ese es el trabajo que has elegido
y siempre encontarás la manera
de que salga la luna otra vez.



domingo, abril 13, 2008

Destinos que se cumplen

Como en el reposo de una batalla, de pronto las horas se calman. Ya no es esto una trinchera dentro de la cual haya que estar alerta: los sonidos se suavizan y el aire frío me saca de la tensión para ponerme en una tranquilidad espesa.

Son tantas las despedidas y tan única la bienvenida que me confunde el mundo. Tan nerviosa estoy que hablo de lo que conozco para no quedarme muda en la sorpresa. No esperaba esto, ni lo que se fue ni lo que apareció.

Ya no añoro, me canso de vivir otra vez la separación, el límite de ser mío y el del otro. Las pocas referencias que me amarraban a una versión de la vida eran más frágiles de lo que creí. Otra vez tengo una hoja en blanco a la que le voy marcando líneas para llenar con historias: unas son sucias y aburridas; otras, en una mañana sin sol, enigmáticas. Llena de sudor y temblando también ha habido hermosas y de pronto la página se termina, hay que darle vuelta, el tiempo no deja de transcurrir aquí en el aire.

Y sonrío por elección, yo no estaba loca pero no hay otra forma de construir algo en este mundo. Siento mi cuerpo y los rastros que en él dejaron estos días: otra sonrisa, se asoma el sol tímidamente, el destino sigue siendo algo que se escribe en la medida en que se cumple.

viernes, abril 04, 2008

Antídoto para el miedo

Una larga enfermedad parecen muchas vidas,
tediosas o amargas, ancladas a una ruta.
Crecer, querer, caer lento y morir
en frases sabidas o seguridades ficticias.

Usar zapatos o corbata,
romperse el espinazo en algo desconocido,
ganar dinero, una fantasía de bienestar
que se quiebra fácilmente,
como cualquier cosa que nos haga suponer
que se terminó la lucha en algún punto.

Caminar hacia el metro de madrugada,
perderse en un sopor televisivo, beber cerveza,
y casarse para tener algo qué colgar de la pared,
son cosas que me asustan demasiado.

Quiero el aire y el vértigo
de no saber nunca a dónde voy,
los mejores tiempos de la sorpresa
cuando todo está a punto de estallar
y nacer otra vez, diferente.

lunes, marzo 31, 2008

Y sí / Despedida

Y cantábamos a través de los kilómetros. Ibas muy rápido pero no importaba, la velocidad se pierde si desaparecen las referencias, todo era azul y ocre en el camino. Pasaban canciones extrañas, rolas conocidas, intercambios de palabras diluidos en un rodar escandaloso. Perseguíamos a sol, tratando de llegar con él a casa, felices y lúcidos después de haber dormido tantos días en el silencio.

Y sonreías. Fuera del mundo, por fin en el mundo, no tenías nada más que esa alegría gritona al volante, contento de tener un copiloto para encenderte los cigarrillos, darte de beber y cambiar al siguiente track. Nos mirábamos de reojo, hablábamos poco, nos mostrábamos los dientes uno a otro. Porque tú me llevabas y yo transcurría en silencio llenándome los ojos recién comprados de cosas sin nombre.

Y sin duda fueron horas buenas. Porque volvíamos a la realidad para encontrarnos con el tercero de nuestra historia en una cita a la vieja usanza, sin celulares ni correos electrónicos, hecha mucho tiempo atrás y cumplida con ilusión.

Y mientras tanto eras fuerte; yo tranquila observadora. No te temblaban las manos, no dudaste una sola vez. Preciso y hermoso, dueño del camino eras, dejándome todo el aire para flotar la nueva nitidez, las montañas atravesadas por los ojos, cada una de las nubes con una silueta precisa, mi añoranza de un mundo viejo, hecha realidad gracias a ti. Disfrutabas, lo sé, tanto como yo.

Y entonces encontramos esa fila enorme de autos quebrando el camino. A nuestro corcel le costó frenarse y quedar inmóvil en aquella caravana, pero tuvo que hacerlo. Dejamos de ser ángeles y nos convertimos en curiosos, que después de diez minutos se bajan a buscar el inicio del conflicto, en un intento estúpido pero lógico por deshacer el nudo que nos amarró sin previo aviso al piso.

Y nos aferramos a la música, nos resistimos a iniciar la conversación que sabíamos que habíamos de sostener mientras esperábamos a que algo reanudara el maravilloso orden de aquella huída, tan de golpe como había sido interrumpida.

Y pusimos la radio, buscando una respuesta para no hacer conjeturas. Y escuchamos una débil frecuencia con noticias y comerciales locales. De pronto ruido y algo claro: el sonido de una película infantil, el diálogo de una princesa con un escudero. Nos miramos otra vez, ahora de manera diferente.

Y empezamos a conjeturar: esto era imposible, en medio de una frontera, en medio de una fila de autos, en medio de una aventura, un regreso y un amor, este diálogo imposible de Cenicienta, Blancanieves o la Sirenita. Lo descubrimos, al cabo de unos minutos. Era una camioneta enorme y moderna con televisión que interfería en nuestra antena. Desilusionante, hubiera sido mejor ignorar por siempre y seguir imaginando.

Y pareció como el final de algo. Poco a poco se disolvió el embotellamiento, provocado por una mala señalización en semana santa, y volvimos a la velocidad. Pero se hizo de noche, el sol nos dejó atras, el cansancio nos invadió y las canciones se empezaron a repetir. Seguíamos en silencio pero era un silencio diferente, lleno de dedos que tamborileaban y miradas barriendo la oscuridad de reojo.

Y llegamos a nuestra cita exhaustos, no nos alcanzó el tiempo para celebrar y al final nos fuimos a la cama rumiando la tristeza de la ciudad, esa helada casa llena de ruido y luces, todas con nombre y apellidos.

Y sin embargo, volamos esa tarde, ¿lo recuerdas? Yo todavía siento las cosquillas en los pies.

viernes, marzo 21, 2008

Trampas de la luz



Dar la vuelta al mundo y colocar
los ojos en la trampa de luz
que trasluce nervaduras temporales.

¿En qué tierra estamos?
¿Qué lengua se habla aquí?
¿De qué color son los ojos de los que nos enamoramos?
Da lo mismo, detalles van y vienen
Todo comienza y termina
En un contorno imaginado.

lunes, marzo 10, 2008

Espada

Un ojo es una espada:
el dorso de una mano al aire
igual al filo de una mirada.

Quien se atreve a ser el hombre
-guerrero fiero, falcata al cinto-
también es el cruel niño que realiza
la venganza de ilusiones muertas.

Jugar con una katana a ras de tierra,
blandir la cimitarra con pulso impío,
fuerza controlada, golpe seco
que corta los gritos de la muerte.

Entrar de pronto y en una puñalada
partirle el pulso a la calma,
quebrar para siempre el presente
con el brillo triste de una daga.

Y descansar en un charco de sangre,
pensar en una vida suave,
sin estertores que celebren
la gloria de abatir al enemigo.

Terminada la batalla los pequeños juegan
con espadas de madera entre las ruinas
a reconstruir el mundo a partir de las cenizas.

Foto: Gabriel Gaytán-Ariza.
Daga vietnamita en la Exhibición "Bronces del Museo Nacional de Historia de Vietnam"
en el Museo de la Capital. Beijing, China.


lunes, marzo 03, 2008

Sueño de ojos

And the ghost of your memory is the thistle in the kiss
It's the burgler that can break a roses neck

It's the tatooed broken promise
I hide beneath my sleeve
I'm gonna see you every time I turn my back

Tom Waits, Blue Valentines





Tus ojos en mi sueño no son como tus ojos: se funden en recuerdos alterados a conveniencia para armar una historia tal vez no bella, pero siempre intensa. Viniste y te me fuiste pronto y mal; todavía andas por ahí con esa sonrisa equivocada, viviendo una vida que ignoro y fundamentando -con el hecho innegable de tu respiración- fantasías imprudentes ocasionales, retorcidas y persistentes, siempre de color azul.

Tormento de sueño profundo, inofensiva criatura, memoria que ya no duele, parte subterránea de mi vida que regresa sin aviso y atestigua los temblores de otro tiempo.

martes, febrero 26, 2008

Venganza

El mundo aquél día apareció afilado
como un cuchillo que brilla desafiando al tiempo.
El sol no era manso, no señor,
y hería a las muchachas corriendo hacia el metro.
Los hombres se cubrían la boca
para que el aire helado no agrediera sus pulmones.

Demasiado limpio, el mundo omitía el ruido
y la gente asustada añoraba el escape de los coches
el temblor de los trailers, el escándalo de los camiones.

Era la venganza de una tierra demasiado hermosa
como para sufrir el destino del caos.
A punta de paz los destruiría a todos
pues de tanto dar vueltas comprendió
que aquella especie vivía del conflicto.