Un ojo es una espada:
el dorso de una mano al aire
igual al filo de una mirada.
Quien se atreve a ser el hombre
-guerrero fiero, falcata al cinto-
también es el cruel niño que realiza
la venganza de ilusiones muertas.
Jugar con una katana a ras de tierra,
blandir la cimitarra con pulso impío,
fuerza controlada, golpe seco
que corta los gritos de la muerte.
Entrar de pronto y en una puñalada
partirle el pulso a la calma,
quebrar para siempre el presente
con el brillo triste de una daga.
Y descansar en un charco de sangre,
pensar en una vida suave,
sin estertores que celebren
la gloria de abatir al enemigo.
Terminada la batalla los pequeños juegan
con espadas de madera entre las ruinas
a reconstruir el mundo a partir de las cenizas.
Foto: Gabriel Gaytán-Ariza.
Daga vietnamita en la Exhibición "Bronces del Museo Nacional de Historia de Vietnam"
en el Museo de la Capital. Beijing, China.
igual al filo de una mirada.
Quien se atreve a ser el hombre
-guerrero fiero, falcata al cinto-
también es el cruel niño que realiza
la venganza de ilusiones muertas.
Jugar con una katana a ras de tierra,
blandir la cimitarra con pulso impío,
fuerza controlada, golpe seco
que corta los gritos de la muerte.
Entrar de pronto y en una puñalada
partirle el pulso a la calma,
quebrar para siempre el presente
con el brillo triste de una daga.
Y descansar en un charco de sangre,
pensar en una vida suave,
sin estertores que celebren
la gloria de abatir al enemigo.
Terminada la batalla los pequeños juegan
con espadas de madera entre las ruinas
a reconstruir el mundo a partir de las cenizas.
Foto: Gabriel Gaytán-Ariza.
Daga vietnamita en la Exhibición "Bronces del Museo Nacional de Historia de Vietnam"
en el Museo de la Capital. Beijing, China.
"Entrar de pronto y en una puñalada
ResponderBorrarpartirle el pulso a la calma,
quebrar para siempre el presente
con el brillo triste de una daga"
Hermosa imagen...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarJo, que bonito
ResponderBorrarDr_Stroke
¿Y después de escribir un poema así qué sigue? Levantarse e irse a la plaza a dar una vuelta, el mundo, aunque sea por unas horas, parece estar completo.
ResponderBorrarSaludos y aplausos
El gladiador en mi corazón suelta una lágrima...
ResponderBorrarsnif
Y descansar en un charco de sangre,
ResponderBorrarpensar en una vida suave,
sin estertores que celebren
la gloria de abatir al enemigo
quiero eso. quiero sangre. quiero morir. quiero vivir.
yeah!
Bello poema. Cortar, matar para que nazcan cosas nuevas, frescas. Como cuando de niño, al inicio de la primavera, ayudaba al abuelo a podar los ciruelos y nogales.
ResponderBorrarEstocada al corazón del libro, para reavivar el latido con cada paso de página. Vengan páginas.
ResponderBorrarEl fantasma manda decir alegremente que "le es imposible permanecer indiferente ante la idea de ser invocado en el recuerdo de la mujer que sostenía el mundo en sus manos, equilibrada en el sol moribundo". Allá ustedes.
Un ojo es una espada… mmmh, ahora entiendo porque existen amuletos contra el mal de ojo :P
ResponderBorrarEjem… ahora el comentario serio:
Renacer como el Fénix es una labor titánica, satisfactoria y muy esperanzadora. La segunda oportunidad muchas veces es necesaria.
Qué bello, terrible y apocalíptico pero brillantemente escrito. Me encantó.
ResponderBorrarUn beso.
Ese filo cortante que hiere el cuerpo, como el rayo hiende la bruma. Abrazos.
ResponderBorrarVida y Muerte,nacimiento,evolución. Son semillas,esporas lanzadas al viento del misterio.
ResponderBorrarsolo son anillos del innfinitos superpuestos entre si.
son bellos tus poemas.
Un abrazo,
Mario ( Chile )
picante, pero sabrozo