miércoles, marzo 31, 2010

Fantasmas en el cine


Y si no hay nadie en el cine puedes jugar a ser un fantasma. Los empleados ya tienen el corazón oprimido por trabajar en un edificio más alto que su imaginación, por entrar por las tripas del monstruo en series cruzadas de escalones metálicos que no permiten mover los músculos, así que toman la presencia de los espectadores extemporáneos con la misma naturalidad que una mota de polvo sobre las mesas de acrílico y poliéster, tal vez como una invención provocada por la luz que nunca varía en interiores, vete tú a saber qué cosas ven sin sentir esos seres extraños sin piernas que siempre están del otro lado del mostrador.

Un fantasma en los baños limpísimos, alineados, en los espejos que nunca nadie mira y las filas de butacas que son como niños asustados quietecitos con miedo a la oscuridad. Te sientas en medio de todos ellos, se apagan las luces, tiemblas de emoción porque nadie está ahí para compartir la respiración. Tomas aire, abres bien los ojos: la función va a comenzar.

miércoles, marzo 24, 2010

Extraños

Entendido estaba
que seríamos extraños para siempre,
besándonos de reojo
[rozando con la punta de los dedos
el borde de la tela que nos cubre].

Puntos en la red del tiempo somos,
pequeñísimos testigos
que dejan pistas invisibles
a la orilla de un mundo sin tropiezos.

Cambiar de perspectiva
con referencia a la ausencia o la presencia
reconocer detalles inexistentes
atesorar con fruición los papeles
en los que jamás escribiremos nuestros nombres.

No hay mejor deber que imaginar:
los que no se conocen, nunca pueden abandonarse.

miércoles, marzo 17, 2010

Cosas que me gustan (cosas que no)

El sol saliendo a 60 kilómetros por hora
(la voz ronca de los ejes viales)

El reflejo repetido de los retrovisores
(las miradas lascivas a través de la calle)

Los extraños que sonríen en las bibliotecas
(los hombres con culo de mujer)

El bajo voltaje que juguetea
(el espanto de los idiotas ante la lluvia)

El regreso del Extraño que esperaba
(los encuentros triviales con funcionarios)

Los niños que se rebelan gritando en las filas
(las madres impacientes que no juegan)

Tus ojos tímidos que preguntan sin cesar
(las dolencias que no preguntan por la vida)

Los poemas dejados al aire con rumbo bien marcado
(las estructuras sin punto débil)

La filosofía después de las nueve de la noche
(el silencio sin pistas que brillen en la oscuridad)

Tu boca los domingos clandestinos
(el tiempo a cuentagotas del elevador)

Las moneditas a golpe de cadera
(la charla sosa de la espera casual)

Y todo hoy. Y todo siempre.

miércoles, marzo 10, 2010

Para un hombre a punto de viajar


Y es que alejarse y subir son cuestiones del dejar de ser,
convertirse de nuevo en sólo posibilidad y ojos
que devorarán todo lo nuevo sin poder hacerlo coherente.
Los viajes cortos son sueños lúcidos de texturas y sabores;
los largos aventuras de personalidades alternativas.

Volar se puede y sentir, temblando por la falta de control,
la textura de las nubes que no presagian nada,
que son sólo gotas de agua condensada, alejadas del contexto,
siendo para tus ojos que poco a poco se encandilan,
invitándote a dejarte llevar por los monstruos fabulosos de metal.

Allá sólo hay espejos y sorpresas, el mismo mundo,
tan viejo que vas a sentirte nuevo otra vez,
listo para tender la red del discurso sobre las calles,
los campos y edificios, las mujeres hermosas
que nunca volverás a ver.

Pequeños triunfos, grandes revelaciones:
nadie es sólo lo que cree que es
(sobre todo cuando se está en otra parte).

domingo, febrero 28, 2010

Milagros del aire


Eran los tiempos del viento
y el descubrimiento de las montañas:
estábamos más cerca del borde
de lo que habíamos imaginado.

Entre el humo y la velocidad,
habíamos perdido el rastro
de las cimas y los astros.
Flotábamos en la ensoñación
de los días que huyen sin nombre.

Vinieron las nubes a despertarnos,
a enseñarnos las rutas del aire
en los dibujos efímeros del instante
portentoso que precede a la noche.

Y estuvimos a punto de salir
de los salones y las oficinas
para acostarnos en la hierba
y dedicarnos a mirar, a respirar, a vivir.

Mas justo a tiempo recordamos
que lo hermoso no cambia el mundo
que había que checar tarjeta, echar la llave
y correr hacia la casa a refugiarnos
de nuestra propia incapacidad.

miércoles, febrero 17, 2010

Sonámbula


Perdida estabas, agitada entre los pasillos de colores,
buscando el zapatito que el bebé dejó caer
en algún punto del camino distraído de la compra,
tarareando las canciones que salen de bocinas invisibles
deslumbrada, un poco, por el orden de las latas,
la limpieza del piso, la fealdad del techo altísimo de lámina,
los empleados muriendo de tristeza, de enojo contenido,
de indiferencia atroz por tus problema.

El bebé sonríe porque corres y te mueves,
mientras él abraza su pie diminuto dentro del calcetín
azul, quizás blanco, no puedes perder un zapatito más,
debes hallarlo, este lugar es demasiado grande.

Y tú estás tan cansada que podrías
sentarte a llorar en los carruseles de ropa,
a dormir el sueño de las lechugas desmayadas,
esconderte detrás de la concentración de carritos
perfectos, azules, rojos, eficientes,
listos para llevar la miseria de cualquiera
por el camino artificial de la bonanza,
cortando con elegancia las esquinas.

Como en el juego del timbiriche, cerrando cuadros,
trazando una ruta a lápiz imaginario
hasta la caja, hacia la puerta, otra vez al mundo
que te hace tanto daño.

miércoles, febrero 03, 2010

Túnel

Rollende Tonnen, Henri Cartier-Bresson.


Allá nos lanzamos, arriesgados,
aventurando el otro lado del túnel,
deslizando las suelas
con miedo de caer
y mancharnos la ropa
con la turbia materia de lo desconocido.

Brillamos, sí, lo hicimos,
ante los ojos de quienes quedaron atrás:
encarnábamos la posibilidad de lo nuevo
la promesa de lo extraño,
el deseo de una respuesta.

Nadie se imaginaba entonces
que volveríamos tan sólo
con un saco lleno de preguntas.

viernes, enero 29, 2010

Otra vez tu muerte


La muerte no acecha,
no se presenta,
tampoco se piensa.

No hay nada que en lo muerto,
no sea desintegración y mudo espanto.

Los cadáveres no son amados:
el cuerpo de un amigo en un ataúd
es tan sólo la terrible prueba
de la ausencia de palabra
y la bienvenida de la falta.

Tan estéril, tan ajena,
temida o anhelada,
la muerte apenas nos roza
nos hace patente el doloroso
deber de continuar sin un espejo.

Todavía puedo llorar,
porque aún me hace falta
la voz de tu pasión y las historias
que sólo tú puedes contar.

No quiero, a casi cinco años de serlo,
ser tu sobreviviente.

No quiero morir pero aún quiero
que no estés muerto.

domingo, enero 24, 2010

Sombras

Paseo de la Reforma


She walks throug the streets
with her eyes painted red
under a black belly of cloud in the rain.
In through a doorway
she brings me white golden pearls
stolen from the sea.

She's raging...

U2, Running to stand still.


El sol se cuela entre dos edificios
y se aprecia el brillo que parece
calentar la piedra, revivir el cristal:
aquél era un paseo arbolado,
hoy una lucha de sombras
por el frío de los mortales.

Los grandes monumentos
que celebran el progreso
están muertos como la felicidad.
El ideal de la vida es mentira
y este mundo, limpio y recto,
ya no tiene sorpresas para darnos.

Tapar el cielo con pisos de oficinas
con camas heladas, paisajes anónimos,
es tan obsceno como el cuento
que se le promete a cada virgen niña
y se arrebata a cada vieja con el alma rota.

Plegaria



Ayúdame a romper los muros,
bendíceme con tu silencio,
deslumbra este camino,
regálame el no ver.

Apártame de encontrar
en el estuco los siglos que pasaron
y en la imagen muerta de los santos
el temor de estar equivocada,
de ser culpable,
de ser.

Llora conmigo
la ceguera de ver lo escuchado,
de temblar lo creído,
de sentir lo comprado.

Ábreme los ojos,
núblame el entendimiento,
dame un mundo nuevo
en el que pueda poner
piedra sobre idea,
sueño sobre historia
y sorpresa sobre certeza.

Ayúdame, otra vez, a nacer.