miércoles, septiembre 01, 2010

A veces


Para el Barón Rampante.

Yo soy algo más
que una chica de falda negra
sonriéndole a extraños y conocidos,
usando la amabilidad como forma de trabajo
y escuchando atentamente las historias de otras gentes.

Soy una niña
desesperada que canta
en la fila del tormento de motores,
observando a los extraños sin nombre de cada día,
y devolviéndole la mirada a quien se deje ser humano.

También soy una amante
que observa paciente las evoluciones
de las manos tatuadas que acaricia los domingos
y teje pensando en las sorpresas que le da la realidad
mientras recuerda las palabras de la noche, sin acabar de creerlas.

Pero a veces
soy una mujer de carne
que se escapa por las tardes y se sienta
a la mesa de un amigo y agradece el rato
en el que sólo vale el ritmo de la tarde y de las luces.

Cuidamos del mundo,
acariciamos los detalles y sabores,
el tiempo se suspende con el juego de las gatas:
hablo, hablas, la vida se aclara a través de la cerveza
y todo queda de nuevo en su lugar con el calor de un plato de sopa.

2 comentarios:

Escribe algo. Todas las palabras tienen peso.