Para el Barón Rampante.
Yo soy algo más
que una chica de falda negra
sonriéndole a extraños y conocidos,
usando la amabilidad como forma de trabajo
y escuchando atentamente las historias de otras gentes.
Soy una niña
desesperada que canta
en la fila del tormento de motores,
observando a los extraños sin nombre de cada día,
y devolviéndole la mirada a quien se deje ser humano.
También soy una amante
que observa paciente las evoluciones
de las manos tatuadas que acaricia los domingos
y teje pensando en las sorpresas que le da la realidad
mientras recuerda las palabras de la noche, sin acabar de creerlas.
Pero a veces
soy una mujer de carne
que se escapa por las tardes y se sienta
a la mesa de un amigo y agradece el rato
en el que sólo vale el ritmo de la tarde y de las luces.
Cuidamos del mundo,
acariciamos los detalles y sabores,
el tiempo se suspende con el juego de las gatas:
hablo, hablas, la vida se aclara a través de la cerveza
y todo queda de nuevo en su lugar con el calor de un plato de sopa.
somos
ResponderBorrarUn hermoso canto a la vida. Abrazos.
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