martes, enero 27, 2009

Viajando. Un reflejo.




Nos vamos, decimos adiós, transitamos por estaciones, viajamos al hogar, nos alejamos de casa, terminamos un descanso y enfilamos al siguiente punto de la ruta.

Así terminan las fiestas para familias jovencísimas, con abrazos ante la puerta de un autobús, siempre en un domingo soleado que se arrastra exhausto de contar minutos, que con un poco de esfuerzo sólo es una extensión cálida de vida.

Después de la despedida, dejamos un par de siluetas en el cristal. Lo que éramos en un instante, desprendiéndose lentamente de lo que somos y seremos. Poco a poco los recuerdos, las ideas de ese momento, la temperatura exacta y el aroma de una piel se diluyen en las palabras que los describen, en la foto apenas insinuada de un fragmento de segundo, en el que sin motivo, existimos.

2 comentarios:

  1. "Lo que somos y seremos"... me pierdo lejos. La vida está llena de instantes fugaces; ¡qué hermoso saber que un efímero reflejo puede guardar tantas memorias! Dejo un abrazo.

    ResponderBorrar
  2. tenemos que disfrutar de nuestros distintos lugares en el plano cartesiano.

    un saludo

    ResponderBorrar

Escribe algo. Todas las palabras tienen peso.