Antes de atraparlas
escapan con el viento.
Viene una idea,
la fijo, la saboreo
y de pronto llega algo
como una rueda descompuesta,
ese juego cuyo nombre no alcanzo,
en una reja de ventilación del metro,
roto, inservible, junto a un par de viejas
demasiado tristes como para escuchar
el escándalo del aire saliendo
por el tubo enorme, lleno de gritos
que nadie escucha.
Sigo caminando y otra vez
el sol se me mete en los huesos,
vienen de nuevo las palabras,
revoloteando.
Un pavo real aparece,
en plena avenida dos
protegido por un hombre herido
con un arma y agujetas medio hechas.
El mundo se impone siendo
impidiéndome relatar el matiz decidido
que había logrado atrapar.
Termino en el parque,
escribiendo acerca el sol
que me recordó todo el tiempo
que las palabras existen
más allá de esta realidad
que no se deja transformar
en algo que pueda nombrarse.
tsssss precioso!
ResponderBorrarte rifasteee!!!!
y el pavoreal que onda? jajaja
¡Hermoso pedazo de día! Me ha hecho soñar con muchas cosas, un abrazo.
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