martes, junio 17, 2008

Un extraño

En el camino a mi trabajo hay un café. Pasa a mi izquierda, entre el taller mecánico y la iglesia, antes del parque pero después del metro. En el transcurso de siete cuadras recorridas alrededor de las ocho horas, cinco de cada siete mañanas (cuando menos), hay puntos de referencia, más de los que uno creería, revisados conscientemente a través de la repetición.

En el café hay un hombre alto, encorvado sobre su lectura. Ha estado ahí las últimas semanas. Lo miro una fracción de segundo al pasar, entre el golpe de aroma del café y antes de reírme secretamente de las horribles señoras que entran a la misa matinal, poniendo caras mustias y distorsionadas que pretenden pasar por devotas.

Sé que no es friolento. En estos días de lluvias se sienta a beber su café en mangas de camisa. Me imagino que busca trabajo, porque lo que lee es el periódico y subraya atento en trazos cortos. Mi familia piensa que también puede estar buscando casa, citas e historias increíbles, o resolviendo crucigramas. Tiene la cabeza llena de canas pero los brazos jóvenes. No he visto su cara.

Cada mañana, en una ráfaga visual de 105 grados, reviso si está ahí, agachado sobre la mesa. No reduzco la velocidad, es un elemento más del camino, como una fachada o un árbol que a veces no aparece, como los hombres de la mudanza del mercado o el maestro de box en el parque. Todos son elementos que me sirven para creer que estoy despierta y que reconozco algo más allá del trajín violento de los autos, las mujeres desgreñadas jalando niños a velocidad increíble rumbo a la escuela, la puerta de la oficina con sus seis cerrojos de todas formas y dos colores.

¿Qué cosa nueva descubriré mañana, antes de encerrarme en la normalidad?

6 comentarios:

  1. ahhh!
    hoy pasé junto a un loco que sostenía un radiecito negro con las noticias, caminaba muuy despacito cuidando no perder la señal que llegaba con dificultad hasta el viejo aparatito que sostenía con las manos.
    y ni te cuento de lo que veo cuando ando en bici!
    ejeje

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  2. Anónimo7:17 p.m.

    el tipo que pasea por ese mismo parque...alto, con las manos largas y huesudas, que siempre viste con la misma gama de colores extraordinarios: rosa, naranja... y sus pantalones de plateados de olvidada estrella del glam.

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  3. Anónimo10:51 p.m.

    yo sólo puedo recordar a los mecánicos de la esquina, que nunca están reparando nada, sólo están ahí calentando su comida y platicando, con sus ropas mugrosas de grasa.

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  4. Anónimo5:30 a.m.

    A ver si vas a ser tú!!!

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  5. " Aveces todo es diferente, Pero nada es igual... "

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  6. Coincidencias: yo también hago lo mismo todas las mañanas, desde la parada del bus hasta la oficina. Son siempre los mismos personajes, aunque, de vez en cuando aparece una perlita. Abrazos.

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