miércoles, septiembre 05, 2007

Azul

Ando por este, mi reino de tinta y eternas extensiones de blancura... Me gusta regodearme en el cansancio y observar a los otros, mis cómplices y compañeros, mirar cómo se afanan en las pequeñas tareas que implica sostener este universo minúsculo de color.

Luz blanca, todo este caos solvente y cálido se baña de ella, del humo constante de seis fumadores, de canciones cañeras interrumpidas por el teléfono. Del otro lado, por esa ventana, llega una voz, a la vez desconocida y reconocida, una voz que es muchas voces, recordándome las tonterías que se pueden decir con un manejo mínimo del lenguaje; diciéndome que hoy hace sol, que llueve mucho, que alguien llega y o que alguien muy querido decide irse.

Me duele la cabeza pero me río. El espejo del baño me devuelve una mirada brillante, rodeada de cansancio, buscando algo más allá de la imagen. Y me voy por la calle mojada cantando... Hasta mañana.

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