lunes, mayo 09, 2005


Pasos apagados en la tierra...
Langenhorn, Hamburgo
Foto: Huini Juárez. Posted by Hello

No hay nada como el aire

Para el doctor S.

Nada como escuchar esos pasos detrás de mis propios pasos, apagados en la tierra. Yo no sé quién construyó el muro de las excomuniones a lo largo de ese monte, ni cómo fue que llegamos ahí tan de mañana. Cuesta, tienes razón, cuesta mucho asfalto darle la vuelta a este humo negro y salir, pero cuando te hallas en el camino de hojas todo cambia de inmediato.

En este episodio no hay nuncas ni siempres. No ir por los extremos y dejarme la calma en una sonrisa que dure todo el momento, que no espere otra cosa que el eco de tu voz agredida por los radicales libres, cantando cuesta abajo, entre las sombras del bosque. Un camino de miradas que no había recorrido, una tranquilidad observadora, algo que no explico, que no puedo tocar, que se me queda en las pantorrillas y en los muslos que me tiemblan, todo tiembla y no pasa nada en realidad.

Soy transparente y me atraviesa el olor del suelo mojado, las espinas de los arbustos y hasta el calor del asfalto a la vuelta. Me giran en la cabeza los colores que ignoraba. Me refiero al nombre de las hierbas, a los juegos de otros niños, al aroma de la madera y de tu cuello, a las calles más antiguas de la ciudad y los significados que solamente están al fondo de tus ojos: todo lo que no sé e imagino que podría conocer contigo.

viernes, mayo 06, 2005


Busco un par de sombras junto al mar...
Finkenwerder, Hamburgo
Foto: Martin Typke.Posted by Hello

Dormida, escuchando al fantasma

Lo sentí. Anduvo por estos cuartos husmeando, pero me vio tan concentrada en trabajos ajenos que no preguntó nada. Sé que intentó posar sus falanges heladas en mi hombro. Sé que deseó enloquecerme con sus atroces desgarramientos, pero no lo hizo. Se conformó con pasear por el piso de arriba, moviendo ligeramente las persianas, dejando pruebas equívocas de que estuvo ahí.

Iba a acecharlo esta mañana, con mis balas de plata preparadas para dejar sólo el concreto en esta vieja construcción. ¡Pero qué lástima tener sólo huesos, piel y voces alrededor! ¡Tan asustado como yo anoche debe estar ahora, escondido en el rincón que yo usaba hace años, temiendo mi terrible venganza de desvelada inquieta!

Guerrera no soy a la luz del día. Busco otra cosa: un par de sombras junto al mar, la convivencia muda con el espíritu y alguien que me anime a no dormirme para seguir escuchando los roces tenebrosos de dudosas existencias.

jueves, mayo 05, 2005


Bella dama del asfalto...
Museum für Kunst und Gewerbe, Hamburgo
Foto: Martin Typke Posted by Hello

miércoles, mayo 04, 2005

Reina de porcelana

A Dora, la reyna-princesa

Quiero describir a esa dama suave del asfalto, su paso por las avenidas y las miradas que regala al mundo. Desde que nos cruzamos la he observado: nunca pierde el piso, llora sin aviso y anima cada ser que toca. Es de cristal o porcelana, a mi no me engaña la piel, y la he visto musical en las salas de baile, seria y absorta en sus labores, niña sin remedio frente a cada plato de sopa.

Y yo admiro los golpes que recibe y su capacidad para ser sin tropezar, para buscar el amor y entregar sin miedo. Quiero ser así, hermosa como ella, elegante y deliciosa chica, y encontrar la paz en unos brazos que me cuiden como yo sé que puedo cuidar.

Podríamos cambiar un día de vehículo, ella en mis accidentados argumentos y yo en su precioso sueño sin locuras. ¿Cómo no tuvimos el mismo destino si nos hemos visto como las mismas escuinclas crédulas escuchando viejos discos, llorando en una almohada fresca, luchando por unir tantas separaciones?

Para ser una mujer se precisa el paso firme, el aroma suave, la capacidad de predecirlo todo y de no tener miedo. Alicia tiene las manos más dulces que yo haya visto y un secreto esperando en el alma, la dedicación de la reina por sus súbditos y una corte de arlequines que desdeña a la espera de su rey.

martes, mayo 03, 2005

Ese azul desconocido

A Martin

Si yo te pudiera explicar las cosas que siento en este mundo tan raro, tal como te las expliqué hace once años, sentados en la ventana del señor Pascoe, y tuviéramos el tiempo para buscar semillas de jacaranda o subirnos al pesero que lleva a Tlalpan, todo sería más sencillo.

Uno va perdiendo hilos en la vida y aunque nosotros nos seguimos por cartas a través del sótano de la bruja y los ocho mil kilómetros de alcohol y soledad que te llevaste, algo se nos fue diluyendo en tantas letras. Que yo te recuerdo y eras tan joven, todavía en plena nieve te vi la inocencia prendida con un segurito de esos ojos azulverdes, y yo ya no era ni tan niña ni tan inocente ni tan entusiasta como para pelearme con todo el mar báltico, tu silencio incomprensible a mis risas y la dificultad de vernos como algo diferente a los amigos.

Si te escribo en este espacio de ojos es, como siempre, para retar tu timidez. Nada que diga para ti carece de significado porque me has acompañado, apareciendo y desapareciendo, escribiendo cuentos con recuerdos o filosofando sobre una motocicleta. Te lo digo, con nadie disfruté tanto caerme de una bicicleta y sólo tú fuiste capaz de quitarme el miedo al horno para jugar a los pasteles de avellanas.

Y recuerdo aquella tarde en el museo, la cocina del barco, el camarote y la cubierta, y cómo mientras tú mirabas el mar imaginario del muro yo hurgaba en los peroles de aquella cocina impecable. Quizás podríamos haber sido buenos marineros, cocinando y escuchando las olas. Ese es nuestro terreno, el mar que nos separa y los años que nos unen. Me sigue haciendo feliz saber que estás en alguna parte buscando, como yo, ese azul desconocido.

Mirando el azul podríamos estar...
Museum für Hamburger Geschichte
Foto: Martin Typke.Posted by Hello

domingo, mayo 01, 2005

La belleza sin nombre

¿Quién se atreve en estas noches de infierno, a reírse de todo lo que pasa?
¿Quién no se atormenta, quién anda con calma por las calles más peligrosas?

Te observo desde la confusión más extraña, me resultas tan raro que no puedo más que sonreír. Ah, que la tristeza de aquél me ha puesto en un sitio inesperado, que ando como gata, descolocada y oliendo los rincones desconocidos, sin poder ser más de lo que soy en un momento dado.

Y todas las calles se transforman en calles sin nombre, no me importa nada que no sea escuchar y mirar, de pronto la historia se me cambia de lugar y me sorprendo, una vez más me sorprendo por todo, sin elaborar nada, sin ponerle nombre, sólo el calor de madrugada, el insomnio y la extrañeza de encontrar a quien se encuentra sin quererlo.

Porque ya no sé nombrar el sudor y la carne. Porque tu casa no tiene adjetivos, como no los tuvo la música y la tercera mirada. Porque la mañana siguiente se me fue al otro lado del mediodía y el café pasó por mi cuerpo como por la tangente de esta rueda. Un helado (de limón por favor), las banquetas, este pinche sol inclemente y un cuento para el parque. A la despedida alegre sólo quería llegar a mi propio reino. Y fui muy, muy feliz.

He sido tantas y siempre la misma...
Kunsthalle, Hamburgo.
Foto: Huini Juárez. Posted by Hello