domingo, diciembre 26, 2010

Futuro perfecto

Y cuando decidimos
que esta historia iba a serlo de verdad
no pensamos, simplemente fuimos
lo que sentimos que debíamos ser.

Besar la boca del otro
cuando eres tan amado como amas
resulta fácil con el mar de por medio
y cualquier impedimento imaginario.

Ya sabíamos de las paralelas,
del daño, del cuidado y los secretos
necesarios para seguir viviendo
y siempre tener de nuestro lado al misterio.

Comenzamos a andar así, poco a poco
más allá de las palabras,
lazo común con los otros.
También a través y sobre ellas,
por lo simple y lo concreto.

Y no teníamos ni idea
de lo que comenzábamos
pero sí planes para todas las letras
del abecedario, que aparecían
en la comisura de los labios,
bajo de la sombra del pasado,
hilvanando el argumento.

Aquél hermoso y perfectamente libre
acto de amor.

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