miércoles, marzo 10, 2010

Para un hombre a punto de viajar


Y es que alejarse y subir son cuestiones del dejar de ser,
convertirse de nuevo en sólo posibilidad y ojos
que devorarán todo lo nuevo sin poder hacerlo coherente.
Los viajes cortos son sueños lúcidos de texturas y sabores;
los largos aventuras de personalidades alternativas.

Volar se puede y sentir, temblando por la falta de control,
la textura de las nubes que no presagian nada,
que son sólo gotas de agua condensada, alejadas del contexto,
siendo para tus ojos que poco a poco se encandilan,
invitándote a dejarte llevar por los monstruos fabulosos de metal.

Allá sólo hay espejos y sorpresas, el mismo mundo,
tan viejo que vas a sentirte nuevo otra vez,
listo para tender la red del discurso sobre las calles,
los campos y edificios, las mujeres hermosas
que nunca volverás a ver.

Pequeños triunfos, grandes revelaciones:
nadie es sólo lo que cree que es
(sobre todo cuando se está en otra parte).

3 comentarios:

  1. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

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  2. Anónimo12:56 p.m.

    Menos las de Orujo, supongo

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  3. Sí, menos las de Orujo.

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