Al fin y al cabo, pasa lo inesperado. Me alejo de un hombre con la confianza de no perder su cariño, porque sé que detrás de todo el circo, los niños, los cachorros, los juguetes peligrosos y los vicios de carácter, me ama y lo amo con una fuerza que puede y va a trascender los años y los poemas.
Y otros se van. Si los silencios son mentiras o faltas de consideración, interpretaciones pobres o simplemente descuidos, no lo sé. Hay quien me duele, recién llegado y recién ido; o siempre aquí y apenas desterrada por sí misma de mi complicidad.
Confianza, falta de confianza. Cuando no crees en la inteligencia del otro, en su capacidad de comprender, amar o decidir, no queda nada. Muy probablemente, tampoco lo hubo nunca. Nada se puede construir, todo se seca, sobra el tiempo, los nombres se cuelgan de un mecate al sol y bien se nos puede olvidar destenderlos, pues ya no sirven para nada.
Cuando invocas al otro hay que tener cuidado. Confía en los errantes que cambian de ciudad como de opinión; en los solitarios y en los nacidos sin culpa. Los amores verdaderos se extienden sobre los años y las anécdotas, debajo de los continentes y a pesar de la Historia, atados a esa única palabra que lo salva todo.
Es por eso que te digo: te quiero, con el nombre que sabes que inventé sólo para llamarte a ti. Siempre, mientras viva, estaré. No tengo miedo de tu mirada, testigo, aliada, ser humano que camina por un rato en la misma ruta... o no.
Y otros se van. Si los silencios son mentiras o faltas de consideración, interpretaciones pobres o simplemente descuidos, no lo sé. Hay quien me duele, recién llegado y recién ido; o siempre aquí y apenas desterrada por sí misma de mi complicidad.
Confianza, falta de confianza. Cuando no crees en la inteligencia del otro, en su capacidad de comprender, amar o decidir, no queda nada. Muy probablemente, tampoco lo hubo nunca. Nada se puede construir, todo se seca, sobra el tiempo, los nombres se cuelgan de un mecate al sol y bien se nos puede olvidar destenderlos, pues ya no sirven para nada.
Cuando invocas al otro hay que tener cuidado. Confía en los errantes que cambian de ciudad como de opinión; en los solitarios y en los nacidos sin culpa. Los amores verdaderos se extienden sobre los años y las anécdotas, debajo de los continentes y a pesar de la Historia, atados a esa única palabra que lo salva todo.
Es por eso que te digo: te quiero, con el nombre que sabes que inventé sólo para llamarte a ti. Siempre, mientras viva, estaré. No tengo miedo de tu mirada, testigo, aliada, ser humano que camina por un rato en la misma ruta... o no.
La confianza de amar sin dudas. Abrazos.
ResponderBorrar"Cuando no crees en la inteligencia del otro, en su capacidad de comprender, amar o decidir, no queda nada"
ResponderBorrarputa que buena frase! la historia de mi vida!
un beso
Veo a la confianza como una inversión de alto riesgo, si las transacciones fallan perderás mucho, pero si funcionan ganarás muchísimo, así es esto de bursátil :)
ResponderBorrarNo escribo sobre nada en particular, desde ningún sitio específico.
ResponderBorrarLeo tus textos desde donde sea y me acuerdo de ti. Parece que prenden un ventilador en mi cara.
Un beso, un abrazo y demás manifestaciones inútiles de cariño
PB
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