viernes, noviembre 11, 2005

Tu espectro y sus obligaciones

Hey Muriel
since you left town
the clubs closed down
there's one more burnt out lamp post
on main street
down where we used to stroll...

Hey Muriel
I stil hit all the same old haunts
and you follow me wherever I go...


Así te vas y regresas como en sueños, le prestas tu sonrisa a los extraños para reconfortarme por las calles y de reojo, me exiges con tu espectro momentos que no podrían ser de nadie más.

Si huyo de esta ciudad y me refugio en su imagen, en los ojos de los hombres y sus distorsiones, siempre he de volver a aquella, nuestra urbe de parques y restaurantes de platos combinados, en primavera preferentemente, siempre con el reloj encima y birlándole minutos a las explicaciones para estar juntos.

Y si te hago rabiar en una mesa, te cuestiono tantas cosas, me oyes con tanta seriedad, le das peso a mis palabras y difuminas el presente: este presente no tiene tanta luz, todos se van volviendo perros viejos, ya no hay ganas de jugar, de esforzarse, de cuidar a los demás. Todos exigen y se quedan nadando en su propia laguna de justificaciones. ¡Al crecer la gente tiene tanto miedo!

Allá, por los rumbos de San Lázaro, de noche, me quedé con 18 años, en minifalda y agotada, esperándote a la salida del metro y repitiendo: tú no eres Muriel (pero sigues tan en mi vida como entonces, querido).

3 comentarios:

  1. Es bueno cerrar los ojos y siempre tener una imagen que te sobe el alma suavemente. El miedo es una invención, un espejismo que nos paraliza cuando todo va bien y todo esta para que se ponga mejor aun. Hay que cerrar los ojitos bien fuerte hasta estar en paz y no dejar que lo eche todo a perder...

    Miles de abrazos.

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  2. Como un espectro siempre me cuelo a traves de las entrelíneas.

    Saludos.

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