lunes, junio 06, 2005

males y placebos

Se manifiesta en oleadas. Llega sin aviso. Me arrebata la sonrisa. Si me muevo me molesta, puebla todo este cuerpo. Sudo, peso, respiro con dificultad. El mundo en la sobreexposición: se queman las orillas de la imagen, se pierde el detalle, los colores se funden en blancos desalmados, inexpresivos.

No estoy lista para seguir y sigo. Sólo estoy bien en lo oscuro, en la calma de esos brazos, en las risas cuyo origen precede a la conciencia: el payaso en la plaza, el bocado delicioso, la pasión sin nombre de tu cuerpo, lo inmediato y el encanto de no pensar.

El mundo se me transforma, yo soy yo pero no llego a manifestarme en estas condiciones. A la merced de una broma cruel, de los dolores de mi propio cuerpo, de las palabras ajenas, de la carga de trabajo y su falta de importancia, del mundo de la noche, demasiado ruidoso y lleno de evidencias de que este mundo sigue.

No sé si es el calor o la tristeza. Voy sintiendo la parte que se me ha muerto, trato desesperadamente de pintarla en la memoria de los otros, de darle forma en mi interior, de lograr esos bonitos embustes con los que se consuela a los dolientes... Necesito regresar a mi infancia, aunque sea por un rato...

4 comentarios:

  1. Aquí te espero. En tu infancia. Donde yo también estoy, anclado, esperando, negando lo que muere. Sin quererlo ver.

    Te espero en la más dulce de mis caras. La que más conoces. La que sabes que se esconde tras toda mi crueldad. La tuya. La tuya sola. La de una vieja carta destinada a la destrucción y salva por tus manos. En la misma infancia donde no tengo pretextos, ni tú. Donde el dolor todavía no hacía acto de presencia (al menos no tan funesto)

    Aquí te espero, con un beso, con un abrazo (sin cachetada), con el corazón tan tuyo como siempre.

    Te espero, hermana infinita. Aunque alguien se muera antes que el otro. Te espero.

    Te espero.

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  2. Anónimo1:19 p.m.

    no sé que me sorprende más:
    si la coyuntura que logra furtiva entre las filigranas del alma y la palabra, o la palabra que teje xamirú creando un alma espejo de la otra

    [inclinación del tórax y brazos]...maestros!

    y, furtiva: nunca dejamos de partir, el regreso también es un camino de ida, sola o acompañada, encontrarás todo aquéllo que te dejó en suspenso

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  3. merlot:
    a embriaguez de la carne saben los míos, aunque amarguen después de la media noche.

    juan carlos:
    no salen, dicen bien, y ahí hay que tratar de contrarrestar con vida toda la muerte que cargamos. Besos.

    frank castle:
    eh?

    xamiru:
    nunca he dejado de ir hacia ti, de aferrarme a esa dulzura, de verte como mi igual, hermano de las calles y las noches.

    tío nasty:
    y al encuentro voy, más desconcertada que alarmada, confiando en la amabilidad de los extraños y la fuerza de mis pasos.

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  4. Una niña bajo el refugio del amor.

    Saludos.

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