Jugamos a las dos palabras.
Reducimos la descripción
de esta espera ya casi
demasiado larga.
Insinuamos el vacío
y hacemos tratos a futuro
sin decirlos, no sé cómo,
ni siquiera nos miramos
y entendemos lo mismo.
Las piedras de las calles
amanecen congeladas,
gruñes, luego te ríes
mientras yo lleno las macetas
de flores y hojas:
la casa huele a gardenias
y después de las nueve
aquí todo es silencio humano.
Hay ronroneos electrodomésticos,
pájaros extraviados que reclaman,
sol natural o de cien watts,
manzanas dulces
con el corazón detenido
como yo
y mis palabras
que ya solamente te esperan
para dejar de ser.
somos y seremos, aunque parezca que todo se ha detenido por un momento...
ResponderBorrarEsos tratos que nos envuelven lentamente y nos llevan por caminos desconocidos. Muy bueno!!! Abrazos.
ResponderBorrar