jueves, julio 15, 2010

Querido

Corazón, amorcito,
dulce bestia con sombrero.
Yo soy la niña que se acuna entre tus brazos,
la pérdida candorosa del decoro y la lealtad,
el puente entre tu infierno y el mundo,
de la mano por el parque,
alimentando a los caracoles y a los presos.

Para que se apiade de ti el destino
hace falta que le regales uno de tus dedos,
ese, mi favorito, el que gira la rueda de la fortuna
en nuestra isla atada a la tierra,
dudosa entre querernos o condenarnos
si no somos capaces de llegar a ella.

Mi niño hermoso, mi terrible error,
me vale madres el mundo,
treinta metros cuadrados son mi reino
si vienes con tus mariposas asesinas
a bailar y tejer planes posibles
tan viables que ya me mareo
y todavía no llega enero...

2 comentarios:

  1. Digerible. Nuestro solitario corazón sigue siendo ese niño hermoso de tantas terribles travesuras y errores.

    Saludos...

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  2. enero es una camino, no es un punto estático en el calendario. llegará enero, y nosotros llevaremos un largo y dulce camino a nuestras espaldas

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