jueves, octubre 11, 2007

Taberna



Una cerveza más, otro café. La penumbra los protegía de todo, en silencio se podían observar los rastros de palabras, historias y miradas que el lugar contenía.

¿Qué vamos a hacer, ahora que te comieron la lengua los ratones?
Buscarlos y echarlos de casa.
Esa historia fue como un relámpago: cuando su sonido empezó a llenar el aire, la luz que lo había anunciado ya se había desvanecido en el cielo.
Mejor seguimos callados.
Está bien.

Otro cigarrillo se encendió y continuaron mirando la tarde, lentamente.

9 comentarios:

  1. Pues lo encuentro muy agradable !..cuando se está cómodo con alguien estar contemplando como cae la tarde en silencio, es una buena opción..

    Saludos

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  2. Anónimo11:09 a.m.

    Sálvese quien pueda!!! La censura ha llegado a este burdel!!!

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  3. así empieza el final.
    feliz fin de semana.
    ojalá tengas una charla amena y cálida este fin de semana!
    abrazos!

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  4. Anónimo12:43 p.m.

    Cuantas tonterias

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  5. muchos besos!
    fuertes abrazos!

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  6. Anónimo6:58 p.m.

    Anonimo soy yo, el otro. Y reclamo regalias por todos los mensajes dejados en mi nombre y exijo accion legal contra quienes me han utilizado para difamar. Ofrezco rendicion incondicional y propongo dejar este espacio terso y luminoso por la paz. Que sus lectores generosos y bienaventurados sean los unicos que dejen la sombra de sus huellas. Furtiva, Hetaira, recuerdo tibio de mi pasado, te dejo a solas con tus letras, tus gatos y pido como ultima gracia, seguir mirandote a veces y de lejos desde un banco de la plaza.
    Buena suerte y mas que suerte, sin alarma.

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  7. Hay cosas que ni la penumbra más densa puede evitarnos: las aguadas palabras del drenaje, los guiños asesinos de las estrellas, los ratones cubiertos de gusanos.

    Por eso, abramos otra cerveza, prendamos otro cigarro y démosle una patada al mundo nocturno justo en su medianoche.

    PD: ¡Tus anónimos pueden llenar un estadio!

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  8. Un instante precioso y bien contado por vos.

    Gracias por tu visita.

    Saludos.

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  9. Todos llevamos una taberna en un rincón del alma. Abrazos.

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