martes, marzo 13, 2007

Las razones de mi júbilo

Puedo mirar a través de ti, justo pasando por tu historia de batallas y tu sonrisa a medida de todas las personas. Eres tan diferente, tan alegre y extraño que de pronto tanta luz me ciega y me refleja, como ese espejo que me dice lo mucho que desaprovecho del mundo.

Quizás por eso estoy contigo, por descoincidir y hallar tu ligereza, tus dudas silenciosas, la complejidad que no muestras a nadie pero que de pronto, mirando al gato, se te escurre por los ojos.

Malos tiempos y buenos tiempos han venido. Muchas veces dudo, otras creo que dudas; pero me es suficiente hablar contigo, enfrentarme al cúmulo de preguntas sobre la mesa y al otro lado de ti, para reírme y esperanzarme y darme cuenta de todo lo que somos y de lo que seremos.

Aquí estoy, aquí estarás. Este día de lluvia es una historia más.

3 comentarios:

  1. Anónimo10:32 a.m.

    Y todavía no acaba...

    El sábado 24 te invito a un mezcalito.

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  2. Que envidia tu júbilo. Pero ya escribe porfa.

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  3. Creo que entiendo más cuando menos entiendo. Las cosas que se escapan por los ojos, las certezas, las dudas.

    Las cosas se sienten, se reflejan. Andamos por la vida como si fuera una pista de hielo con cristalitos y abismos. Hay que saber para donde deslizarse y qué tipo de zapatos se pegan bien, cuáles se comportan como los nuestros o nos ayudan a andar por los vacíos que dejamos haciendo un patrón de líneas y curvas por los caminos. Lo que creo es que las cosas, cuando ajustan, nos traen la serenidad de andar patinando descalzos ¿para qué zapatos cuando los cristales se sienten bien y reflejan el sol?

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