miércoles, abril 13, 2005

Todo es cosa de ver hasta dónde llegan los azules. Se pierde el verde en la luz de la esquina, se forma un pentágono en la intersección de la hoja. Impasible es esta toma, escudriñada al pixel, segmentada en cuadrados perfectos, impresa en hojas traslúcidas para un sueño de cielo que cuelgue eterno en un espacio oscuro y helado.

No habita esta nube la vida. Si puedo acercarme lo suficiente noto el paso del pincel, la mancha diminuta que elimino, una pureza que corrompe los azares de esta falta de tiempo. Otra mentira en altaresolución. Todo lo controlado, previsto y esperado sucede, pero no es hermoso. Hermosa la efímera aparición que quema la retina, lo fugaz. Las hormigas poseen la verdadera belleza.

1 comentario:

  1. Pensé que los matices, (incluso si tan imperceptibles como los que te encanta definir), eran demasiado mentirosos para que gente como tú los pudiera tomar en cuenta.

    Veo que hasta tú compartes la perversión, tan deliciosa como frustrante, de andar desmintiendo los pinceles y pixeles de la vida.

    Nomás no te hagas pendeja y ya la hicimos.

    O qué?

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