Que el olor de los chiles poblanos asados en la flama azul directa se parece al ambiente nuevo de una casa completamente llena de luz. La vida concede a ratos espacios en los que no hay plazos que cumplir y el gato se arremolina en tus piernas y los espejos de otros lugares te devuelven tu propia imagen sonriendo.
Una casa es mucho más fácil de construir de lo que te imaginas: hace falta luz, espacio, verduras aromáticas y tiempo para jugar con ellas en una cacerola. Flashazos para retratarte en espejos heredados de otras historias y, sencillamente, dejar pasar la tarde.