domingo, diciembre 30, 2007

Amor

Por mi hermano y para Silvio.

Y hoy apenas lo sé,
aunque ha pasado tanto tiempo.

Recién me entero:
he pagado
por cada beso
y todos los temblores,
por la sonrisa que escapó
con mi idea de juventud
y la realidad desarticulada de esos, mis años.

No tengo más razones para temer.
Atravesé esos infiernos a conciencia,
por voluntad o falta de criterio.
Ese mismo miedo que viste
cuando estaba desnuda,
ese terror desconocido por todos.

Tiendo un puente y digo:
decido, amo, me limito, me desbordo.
Estos tiempos son nuevos,
no tropiezo cuando hablo
y no me asusta callar.

¡Qué curioso! Veintinueve años
-y más de la mitad de ellos-
para saber que todo ha sido por mi
y a veces, por amor, para los otros.

miércoles, diciembre 19, 2007

Final e inicio en la montaña

Soñando, de cara a la pared
Se quema la ciudad
Soñando, y no hay más...

Lhasa de Sela

Caminar es medir cada paso en la pendiente que se extiende al frente. Es despertar con el aire helado en los pulmones y buscar el ritmo del calor, la pausa justa en la respiración.


No pensar en los quiebres del camino, sólo mirarlos y encontrar que sí, aquí también las piedras amanecen abrillantadas por el hielo y te bailan en los ojos con el sol diagonal del amanecer. Hay un río, represas que contienen silencio, ese que no existe allá, donde guardas tu cama.

Y árboles que comienzan debajo de las huellas de alguna erupción volcánica. Nadie ha clavado cimientos aquí, sólo los pinos que se alzan sobre el día, escupiendo todavía algunas verdades al calendario y al reloj. La casa de lo verde es muda y llega al cielo.

Para que pudieras andar, alguien tuvo que trazar este camino que bordea cerros, tender los cables de alta tensión que violentan el paisaje con el zumbido amenazante del futuro, poner a pastar las vacas, crear las rosas de nieve que nadie se atreve a tocar. Correr la voz (¡existe un camino!) y dejarlo a la posibilidad de tu mirada para que lo volvieras realidad.

Las piernas te responden. Dejan de existir, sólo eres aire acompasado que entra y sale, todo ojos para leer el mundo. Arriba, donde ya no hay nada que escalar, te tumbas en la tierra a mirar. ¿Para qué anudar historias, besos, llegadas y despedidas? ¿Dónde poner todo lo vivido? ¿Cómo empiezan las cosas, por qué terminan siempre?

No hacen falta respuestas. Si en algún lugar y momento acaba o inicia algo, es aquí: en un instante largo que palpita, que no tiene razones ni sonidos.


Sólo están tu y el mundo.




miércoles, diciembre 12, 2007

Falta

No necesito de nadie para escuchar esta música. La noche se desliza con una pequeñísima sonrisa de luna, amarilla de tabaco. Estos son tiempos que no se relatan, horas muertas dedicadas a cantar o a perderse en los recuerdos.

Frágil soy, no fuerte. Aterrada del transcurso de la historia, confundida en una época sin banderas ni acuerdos. El mundo se está acabando y yo apenas comienzo a mirarlo, como si hubiera perdido todas las conexiones.

Pareciera que nací ayer, que nada de esto me fuera familiar. Esa mínima rajita de luz en la oscuridad me recuerda que no sé nada, que no tengo ni puta idea. Que nunca la tendré. Que no quiero tenerla.

Lo que falta es lo que nos mueve.


viernes, diciembre 07, 2007

One picture a day...

Todo comienza en una hoja en blanco: un buen poema, los pasatiempos para un mal día, incluso las creencias a las que nos aferramos. En un año me ha desquiciado el filo de una perspectiva, me intrigó el ejercicio de coincidencias y desarticulaciones del tiempo, los brazos abiertos del trazo que abarcan pequeñas épocas, estados de ánimo y minutos, muchos minutos.

A mi también me ha clavado de sien a sien la verde neuralgia. Y en un sueño, el mejor de los extraños conoció los muslos tiernos de una fantasía. Al despertar, la terrible palabra se clavó en el horizonte de mi frente para siempre.

Para poblar los días, el creador se sentó en la ladera imaginada de su sombra para colorear la música y regalar rompecabezas de doce entregas. Hubo momentos oscuros en los que el mundo se fragmentó y luego se recompuso con catorce remedios para la tristeza. Semanas enteras de presentaciones con extraños seres que ahora se escurren por el muro acristalado del recuerdo.

Un asomo sorprendido a un año metódicamente registrado, una botella lanzada, ahora que se bebió el último instante, a un equívoco lago, inquieto en la medida de los ojos que lo quieran atravesar.

Para Patricio Betteo, celebrando el final de su vuelta al año en 365 cuadrados... Vale la pena probar cualquier día, sin importar la fecha, una ración de esa mirada.


miércoles, diciembre 05, 2007

Piano


Aquí no pasa nada.
Sólo el cristal que se derrama
en la punta de mi lengua.

Un perseguir a oscuras
esas flechas
ligeras por el tiempo sin aliento
en que no soy esta mujer.

Aquí sólo pasan los dedos
que no me tocan.
No me rozan, me tiemblan
mientras se borran manecillas
se tensan arcos
y cae la hoja
en blanco o amarilla
del árbol, de mis ojos
para siempre,
por un momento.

lunes, diciembre 03, 2007

Saboteando la navidad II

Porque en este circo se imponen los momentos a golpe de costumbre y quiero otros tiempos, rituales diferentes, nuevas fiestas para celebrar algo que tenga alguna importancia.

Ni el destello perdido en la memoria de tantos diciembres.
Ni las piernas desnudas asomando de una falda de terciopelo.
Ni la cumbia de año nuevo llenando una madrugada vacía.

Porque de tanto esforzarme por darle un toque de emoción a estas fechas me he ido mordiendo los ánimos, hasta ya no distinguir entre el cariño y la hipocresía, entre el fastidio y el cansancio.

Ni un bocado de bacalao ahogado en aceite de oliva.
Ni un papel de colores desgarrado.
Ni un reloj, un chocolate, un objeto desvinculado de mi nombre.

Porque cada vez que me voy a dormir en la agonía de un año siento pavor de los trastes sucios, de los foquitos cortando un circuito, de la noche todavía joven que ya no podemos llenar de risas o piruetas.

Ni un abrazo que lleve mi apellido.
Ni un regreso agrio a casa envuelto en neblina de pólvora.
Ni un sueño helado en la cruda del silencio.

Pero sí caminatas en pueblos desconocidos. Sí besos robados. Sí largas charlas con café. Sí caminos y horas moduladas por la música nueva.

Eso sí.

sábado, diciembre 01, 2007

Saboteando la navidad I

The rock cried out, I can't hide you
The rock cried out, I ain't gonna hide you guy
All along dem day

Nina Simone, Sinnerman

No quiero, me niego a hacerlo esta vez.
Ni fiesta, ni obsequios para nadie.
Ni siquiera mi presencia, este año me voy.

No cuenten con mi copa,
con el brindis conmovedor hecho al aire,
con mis regalos dedicados
ni mis cartas llenas de estrellitas azules y rojas.

Ni siquiera con mis lágrimas.

Ya no me gustaban, pero a partir de ahora
suprimiré de mi campo de visión
duendes, esferas, nacimientos y principalmente,
árboles estúpidamente vestidos.

Cuando uno mira ciertas cosas, nada es lo mismo otra vez. Ahora sólo quiero vida de verdad.