Puedo mirar a través de ti, justo pasando por tu historia de batallas y tu sonrisa a medida de todas las personas. Eres tan diferente, tan alegre y extraño que de pronto tanta luz me ciega y me refleja, como ese espejo que me dice lo mucho que desaprovecho del mundo.
Quizás por eso estoy contigo, por descoincidir y hallar tu ligereza, tus dudas silenciosas, la complejidad que no muestras a nadie pero que de pronto, mirando al gato, se te escurre por los ojos.
Malos tiempos y buenos tiempos han venido. Muchas veces dudo, otras creo que dudas; pero me es suficiente hablar contigo, enfrentarme al cúmulo de preguntas sobre la mesa y al otro lado de ti, para reírme y esperanzarme y darme cuenta de todo lo que somos y de lo que seremos.
Aquí estoy, aquí estarás. Este día de lluvia es una historia más.
martes, marzo 13, 2007
jueves, marzo 08, 2007
Congruencia

Si no, ¿cómo explicar las amistades truncas, las traiciones, los malos entendidos, los abandonos por tiempo indefinido? No se trata de maldad; es solo falta de memoria y complejidad, ambas normales.
Por eso la vida es un instante en otra ciudad, el atisbo de otras formas de vivir, la cerveza o el mezcal combinados con ligereza y alegría. Más allá de este momento, nadie puede prometer nada sin arriesgar el incumplimiento.
Queda aprender a tomar lo bueno y alejarse de lo que no gusta o no conviene. Somos criaturas limitadas pero aún así, tenemos la capacidad del placer.
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