domingo, febrero 28, 2010

Milagros del aire


Eran los tiempos del viento
y el descubrimiento de las montañas:
estábamos más cerca del borde
de lo que habíamos imaginado.

Entre el humo y la velocidad,
habíamos perdido el rastro
de las cimas y los astros.
Flotábamos en la ensoñación
de los días que huyen sin nombre.

Vinieron las nubes a despertarnos,
a enseñarnos las rutas del aire
en los dibujos efímeros del instante
portentoso que precede a la noche.

Y estuvimos a punto de salir
de los salones y las oficinas
para acostarnos en la hierba
y dedicarnos a mirar, a respirar, a vivir.

Mas justo a tiempo recordamos
que lo hermoso no cambia el mundo
que había que checar tarjeta, echar la llave
y correr hacia la casa a refugiarnos
de nuestra propia incapacidad.

4 comentarios:

  1. Qué bien llevan de la mano tus palabras tan bien hiladas. Me gusta mucho este poema.
    Abrazo.

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  2. Cuando, de pronto, uno se da cuenta de la urgente necesidad de vivir. Abrazos.

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  3. Será que aún con la complicada forma de vivir del hombre, seguirá persiguiendo con la mirada conejos blancos en la nubes ó estos habrán evolucionado a hombres de cuello blanco?

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  4. En algún momento de mi niñez tenía el deseo de “reencarnar” en nube para poder viajar por autopistas de viento.

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